Frank Correa

LA HABANA, Cuba, octubre (www.cubanet.org) – Recientemente, un sábado en horas de la noche, el poblado habanero de Baracoa volvió a ser noticia, cuando una riña tumultuaria en una discoteca provocó hechos de sangre con peligro para la vida. Baracoa escenificó un suceso similar en el año 2009, en el que resultaron muertas cuatro personas y Raúl Castro mandó demolerla. Sin embargo, sigue abierta la del reparto Hollywood, en moneda libremente convertible, a la que asisten gran número de estudiantes latinoamericanos de la Escuela Internacional de Medicina.

En mi barrio vive una de las víctimas de la riña, Fidelito el hijo de Margot la espiritista, un muchacho tranquilo, que siempre ha querido trabajar y estar lejos del mundanal ruido, pero Folungo, Albertico, el Mancha y el Tinta, vienen a buscarlo todos los sábados para llevarlo a la discoteca a emborracharse, la única opción recreativa que existe en la zona.

Cuenta Margot que esa noche estaba lloviendo, y su hijo le confesó que no tenía deseos de salir, pero a eso de las nueve llegó Folungo a embullarlo. La espiritista asegura que en ese momento su muerto le dijo que su hijo no debía salir, pero Folungo se lo llevó.

Margot abrió los brazos, le pidió al muerto que fuera con su hijo y lo protegiera, porque Folungo traía  arriba un muerto chino, y se quedó intranquila en su cuarto hasta las tres de la mañana, cuando la llamaron para informarle que su hijo estaba en el quirófano para una reconstrucción de cara.

Fue  corriendo al hospital, donde había más heridos producto de la trifulca, que según le informaron, la  comenzó Folungo totalmente borracho. Folungo, desde niño, carga con una tijera, y cuando se emborracha la utiliza cuando empieza la bronca. Primero se rumoró que fue el agresor de Fidelito, pero luego se esclareció que no, sólo empezó la pelea pero logró escabullirse luego de prender la mecha.

Además de las cortaduras que requirieron de treinta  puntos, otro pinchazo estuvo muy cerca de la yugular. Estaba en observación porque los médicos no podían llegar a la herida con la aguja.

Más tarde, el muerto le dijo a Margot que Fidelito se salvó porque él estaba en la discoteca esa noche.