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Lo que no dijo Paul McCartney

Tania Díaz Castro

LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet.org) - Sobre el respaldo de un taburete, en un típico restaurante de Santiago de Cuba, puede verse una placa de bronce, iniciativa de los empleados y colocada en 2001, donde se lee: “14-1-00 gracias Paul McCartney, muy bueno”. En ese taburete se sentó el autor de Yesterday, para almorzar con sus dos hijos, en una visita casual a la isla que apenas duró cuatro horas.

The Beatles, la célebre banda de rock que revolucionó a la juventud del mundo en la década del sesenta, vetada en Cuba por el régimen castrista, jamás viajó a Cuba. Paradójicamente, hasta el propio Fidel Castro, ha participado de numerosos actos en homenaje a The Beatles a partir de 2000.

Las razones por las que el grupo estuvo censurado por el gobierno pudieron haber sido muchas, quizás una de ellas fue las letras anti guerreristas de algunas de sus canciones. Por esos mismos años sesenta, de forma secreta, Cuba promovía y participaba en numerosas guerras ajenas, ya conocidas por todos.

Sin embargo, parece que The Beatles ganaron la pelea. Lennon, autor de Imagine (Imagina que no hay países, no es difícil lograrlo; no hay por qué matar o por qué morir), un himno de paz, está hoy está sentado, representado en una estatua de bronce, en un parque del Vedado. La prensa oficialista nos dice que en la isla de Fidel Castro siempre se valoró su voz de rebeldía a favor de la justicia, que la banda de los famosos ingleses ha estado en una lista negra de Washington y que el propio Ricardo Alarcón reconoce las acciones revolucionarias de Lennon quien, según él, apoyaba la lucha de los pueblos, “en contra de la opresión imperialista”.

Pero el colmo es el artículo Hechizados por un Beatle, aparecido el pasado 16 de noviembre en el periódico Juventud Rebelde, donde Kaloian Santos Cabrera nos dice que Lennon llegó a sentarse en un parque habanero y que McCartney exclamó en Santiago de Cuba: “Muy bueno, volveré. ¡Viva la revolución!”.

Se equivoca la joven colega. Lennon jamás visitó La Habana y McCartney nunca mencionó a la revolución en su breve visita a Santiago, y sí la hermosa arquitectura del Castillo del Morro. Tampoco dijo que volvería. El contenido de la placa, tal como se lee arriba, fue divulgado en Juventud Rebelde, en marzo del 2001, en una nota a cargo del periodista santiaguero Miguel A. Gainza Chacón. 





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