Aleaga Pesant

LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet.org) -  El anuncio del la realización del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, luego de 13 años, varias convocatorias fallidas y hasta una omisión, invita a la reflexión sobre los objetivos que la “monarquía” partidista se plantea para el futuro mediato.

Casi toda la inteligencia insular coincide en que el anuncio del congreso es una nueva compra de tiempo de la elite gobernante. Pero también aportan que el restablecimiento de Fidel Castro, permite esclarecer sus resultados y definió su realización. A expensas de una Conferencia Nacional inédita, que debe renovar y suplir a los miembros elegidos del Comité Central.

Luego de cincuenta años de desastrosa gestión, y del empobrecimiento general de la sociedad, pedir un nuevo crédito de tiempo a la ciudadanía aporta un punto. Si antes los gobernantes hablaban del futuro con un espacio de 20 años, para solucionar los problemas, ahora sólo cuentan con seis meses para aplicar lo que las fuerzas vivas y prodemocráticas plantean desde hace mas de tres décadas, y tanta cárcel y destierro ha costado.

La realización del evento cuando se cumplen 50 años del combate de Playa Girón, y la proclamación del carácter socialista de la revolución, contribuye al fortalecimiento de Raúl Castro, y apuntala el círculo histórico del sistema.

Si algo indica el anuncio del congreso, es un cambio de los iconos. En el V Congreso eran  Marx, Lenin, Martí, Mella y Guevara. Ahora sólo aparecen Bolívar y Martí.  Lo que no se debe interpretar como un cambio de ideología, sino de mecenas exterior.

Esa faceta quedó nuevamente demostrada cuando el segundo ejemplar del documento plataforma se entregó, antes que la población lo conociera, al presidente Hugo Chávez.   

El carácter del texto está marcado por su énfasis en el desarrollo económico, lo que garantiza que los supuestos cambios sean puntuales, y no fundamentales, que es lo que impone la situación nacional. La invitación al VI Congreso del Partido Comunista de Cuba es, evidentemente, un paso dentro de la transición a la democracia. Queda por esclarecer cuál será su dirección.