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¿Falta o sobra?

Moisés Leonardo Rodríguez

LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet.org) – Hace dos años el Gobierno determinó alargar la edad de jubilación con el argumento del envejecimiento de la población, que hace que aumente el número de personas dependientes de la seguridad social y disminuya la cifra de cubanos en edad laboral, debido a lo cual era necesario que hasta los viejos trabajaran. Ahora resulta que se reducen las prestaciones de la seguridad social y el gobierno dice que sobran trabajadores; por ende, más de un millón de ellos ya comenzaron a ser despedidos en masa.

Supuestamente, el embargo norteamericano nos impide la modernización de nuestras industrias, la compra y reparación de vehículos de transporte de pasajeros, la construcción de viviendas al ritmo necesario y la solución o alivio de todas las necesidades de la población. No obstante, en un video que recorre la isla pasando de mano en mano, recientemente hemos visto en acción -para controlar las protestas de estudiantes extranjeros- las nuevas tropas antimotines del gobierno, equipadas hasta los dientes con la más moderna tecnología.

También, a pesar de la crisis, el  embargo y la necesidad de disminuir las “prestaciones y gratuidades sociales”, el gobierno ofrece la opción de trabajar como policías a los nuevos desempleados que reúnan las condiciones para dicho trabajo.

El gobierno repara y construye instalaciones del Ministerio del Interior, nuevas estaciones de policía, adquiere nuevos autos patrulleros para la policía y otros recursos destinados fundamentalmente a la represión. En el corto tramo de la Carretera Central entre Ciudad de la Habana y Bauta, se pueden ver dos nuevas unidades militares; el puesto de mando de puntos de control y la dirección provincial de cárceles y prisiones de la nueva provincia Artemisa. Además, se construyen en diversos lugares de la capital, viviendas para miembros de estos cuerpos.

El gobierno no cuenta con recursos para destinar a la salud pública y la educación, pero obviamente hay dinero para invertir en el control y la represión, áreas en las que no se escatima. También alcanza el dinero para mantener una constante campaña internacional a favor de la liberación de cinco espías convictos del gobierno cubano, presos en Estados Unidos, y para la propaganda por el levantamiento de un supuesto “bloqueo” norteamericano.

En medio de la crisis de liquidez, los despidos masivos de trabajadores, la campaña de austeridad y la eliminación de “gratuidades y subsidios”, no se ha dicho una palabra acerca de reducir el aparato estatal y las organizaciones políticas paragubernamentales. Las florecientes industrias de la represión y la propaganda, parecen estar a prueba de cualquier crisis en nuestro país.

Ante estos contrastes de recortes y despilfarros, me pregunto: ¿Falta o sobra el dinero?

Corrientemartiana2004@yahoo.com





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