Adolfo Pablo Borrazá (PD)

LA HABANA, Cuba, noviembre (www.cubanet.org) - En recientes conversaciones con colegas y amigos, se ha impuesto la opinión de que la isla va en pos del cambio. Muchos incluso aseguran que a “esto” le queda poco.

Como la revolución cubana no ha mostrado en medio siglo otra cosa que su rostro paupérrimo, y sus gobernantes no quieren ni siquiera un eventual cambalache de socialismo, repito lo que muchos dicen cuando no hay otra alternativa: soñar no cuesta nada.

El simposio efectuado en la Universidad de la Habana sobre la Constitución de 1940, el programa televisivo Como me lo contaron, donde un entrevistado se emocionó ante el recuerdo de aquella Carta Magna, la posible liberación de presos políticos que no estaban en el diálogo Iglesia-Gobierno, y otros rumores que siempre vienen a colación, son las razones por las cuales se cree que vamos (¡al fin!) hacia el cambio.

Pero hay algo fundamental que se obvia y tiene mucho peso. Los mismos que llevaron a la destrucción el país, se mantienen, a pesar nuestro, en el poder. Un argumento poderoso para pensar y creer que éstos no van a permitir ningún desenlace favorable al pueblo.

No es la primera vez que el temor a  la perder el poder hace que maniobren de una manera que nos lleva a pensar que tras bambalinas se oculta algo, pero siempre después vemos, decepcionados, la jugarreta que llevaban a cabo. ¿Acaso 50 años de represión no nos han enseñado a desconfiar cada vez que nuestros dictadores aparentan hacer un acto de buena voluntad?

Las estrategias son otras, ellos que llevan medio siglo manipulando al pueblo, se han vuelto maestros en esa triquiñuela. Los guardias que custodian las embajadas y residencias diplomáticas, ahora son los encargados de vigilar los movimientos de los opositores en el parque que está cerca de la Sección de Intereses Norteamericanos en La Habana.

Existe en las universidades una nueva asignatura llamada Debate Histórico Contemporáneo, que consiste en hablar supuestamente “lo que se piensa” mientras los profesores toman nota para luego informar; un método de control muy sutil.
¿Por qué no acaban de liberar a los presos que no quieren emigrar a España? ¿Por qué se mantiene la ley de peligrosidad social pre-delictiva? ¿Se puede llamar cambio a lo que sucede, si en esencia nada fundamental ha sucedido?

No habrá cambios mientras se derrumben edificios un día, y al siguiente se construyan sobre los escombros centros comerciales para vender en divisas, que no tenemos. Tampoco si botan  a los trabajadores de sus centros laborales y luego les exigen el pago de equipos electrodomésticos que no podían pagar ni con sus sueldos y pagar en impuestos más de lo que podrían ganar, para permitirles buscarse la vida trabajando por su cuenta.

Para que haya cambios o al menos se avizoren, los primeros que tienen que cambiar son los gobernantes. Pero eso no ha sucedido. Continúa la represión y el hostigamiento y también la retorica bélica contra aquellos que piensan diferente. Y algo que no puede pasarse por alto: el Partido Comunista sigue siendo el que manda y decide todo.

Lo siento por mis colegas que, como yo, anhelan que algo pase en nuestra tierra, pero la realidad nos muestra que la oscuridad sigue reinando. Aquí no ha pasado nada.

adolfo_pablo@yahoo.com