Julio 14, 1997

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Largo Viaje Hacia la Libertad

Cronica de la masacre del remolcador "13 de Marzo"

por ALEIDA DURAN
  

La dantesca escena aun no habia terminado. Todavia habia ruido de motores, remolinos, gritos de angustia pidiendo auxilio, gente luchando con las aguas para no ser tragados por ellas. Pero lo peor habia pasado. Los chorros de agua y los remolcadores se habian

detenido y una lancha torpedera guardafronteras iniciaba las maniobras de rescate.

"Me echaban la soga y cuando yo estaba a punto de cogerla, la retiraban y reian. Finalmente, logre atraparla y me izaron a bordo", relata Jorge Alberto Hernandez Avila, de 33 anos, uno de los sobrevivientes.

Eran las 9 de la manana del dia 13 de julio de 1994 a la salida de la bahia de La Habana. Cuarenta y una personas, entre ellas 23 ninos acababan de morir en el remolcador 13 de Marzo, en una operacion dirigida por oficiales del gobierno cubano.

El 7 de marzo de 1995, la Comision de Derechos Humanos de la ONU, reunida en Ginebra, aprobo la mocion presentada por Estados Unidos condenando a Cuba por violacion a los derechos humanos.

Dos meses despues, el 2 de mayo, el gobierno de Estados Unidos anunciaba un acuerdo con el gobierno de Cuba para devolver a este a quienes tratasen de huir de la isla. Siete dias despues, el 9 de mayo, una embarcacion del Servicio de Guardacostas de este pais entregaba a funcionarios del gobierno cubano a las primeras 13 personas detenidas en alta mar.

La distancia entre La Habana y la Florida es de 90 millas y se cubre en 45 minutos, pero a Hernandez, la meta, Estados Unidos, le costo 15 anos, varios intentos de iniciar el viaje, dos arrestos y dos traumaticas experiencias. La primera de ellas, cuando vio morir en el remolcador 13 de Marzo a algunos de los que habian sido sus amigos.

Hernandez planea participar en la flotilla que grupos de exiliados cubanos estan organizando para acercarse a las proximidades de la bahia de La Habana, el 13 de julio de este ano, declarado por el Condado de Dade, Florida, Dia del Genocidio Cubano. Recordaran el aniversario de la tragica fecha.

Hernandez es de quienes no se detiene hasta obtener lo que quiere. Y lo que mas quiso desde su adolescencia fue llegar a Estados Unidos.

A los 18 anos fue uno de los miles de cubanos que en 1980 entraron en la Embajada de Peru en La Habana. Salio para acompanar a su casa a una mujer embarazada que se enfermo y, despues, cuando trato de volver a entrar, ya no pudo.

Asegura que hubo otros intentos de huir que no llegaron a iniciarse. Despues trabajo durante 15 anos en la Empresa de Navegacion Mambisa, como conductor de una rastra que transportaba el avituallamiento para los barcos en los principales puertos de la isla.

El lunes 18 de abril de 1994, el y 12 amigos salieron en la rastra hacia Corralillo, Las Villas, transportando una lancha que habian contruido para huir de Cuba. La idea era bajar la embarcacion y que otro amigo no involucrado en el viaje la regresara a La Habana. Pero a la orilla del mar el pesado vehiculo se atasco y alli lo dejaron.

Ya en el mar, el motor de la lancha se averio y estuvieron dos dias perdidos. Al regresar a tierra firme, se dispersaron. Los que quedaron en Las Villas fueron detenidos. Hernandez se presento el dia 22 en su trabajo y aseguro que le habian robado la rastra.

La falta de coordinacion entre los mandos en Cuba probablemente lo salvo de una larga prision: las autoridades de La Habana no relacionaron a Hernandez con la rastra encontrada en Las Villas al borde de la costa, ni con los hombres arrestados en esa provincia. Estuvo 11 dias detenido, pero solo lo despidieron del empleo por "no preservar bienes del estado".

De sus 15 anos en la Empresa Mambisa, Hernandez conocia a Fidencio Ramel Prieto, jefe de operaciones del puerto de La Habana. Se encontraron y despues de algunos tanteos, Hernandez supo que se planeaba una fuga con Raul Munoz, capitan el remolcador 13 de Marzo. Fue incluido en el pequeno grupo inicial de conspiradores.

Los pormenores de la huida de 72 personas, la persecucion de las embarcaciones del gobierno, los potentes chorros de agua con mangueras de alta presion, fueron narrados ya a

Contacto, en su edicion del mes de mayo de 1995, publico una version de la tragedia por el sobreviviente Sergio Perodin, quien habia testificado ante un comite del Congreso de Estados Unidos en febrero de 1995, ante la Comision de Derechos Humanos de la ONU en marzo de ese agno, y ante dos subcomisiones del Congreso de Venezuela en abril.

Hernandez dice que la esposa de Perodin, Pilar Almanza, fue de las primeras en morir cuando una de las embarcaciones Polargo del gobierno, se subio por detras al 13 de Marzo

hundiendolo hasta la mitad y atrapando a unas 30 personas en la bodega del remolcador.

Perodin habia podido salir a flote con su hijo Sergio, aferrado a el. Janet Hernandez, esposa de Modesto Almanza, un hermano de Pilar, cargo al otro hijo de Perodin, Yasser, de 11 anos. Durante alrededor de 90 minutos las tres naves Polargo del gobierno cubano giraron a gran velocidad alrededor de quienes a duras penas se mantenian a flote: los remolinos que provocaban, succionaban a personas y objetos en la superficie maritima, mientras que los chorros de agua lanzados con mangueras de alta presion derribaban, sobre todo, a ninos y mujeres.

"De pronto, el hijito de Perodin fue arrancado de los brazos de su tia y desaparecio en el agua. Ella se quedo con un zapatico del nino en la mano", cuenta Hernandez.

Janet, quien sobrevivio con su esposo, es una mujer decidida. Fue ella quien mas tarde, en La Habana, se puso en contacto con Marilyn Esposito y Nelson Torres, dos opositores del

regimen, quienes propiciaron que ella narrara la odisea. Su narracion grabada fue el primer testimonio que pudo ser sacado de Cuba.

De acuerdo con el relato que Jorge Hernandez refirio a Contacto, el vio como la gente moria a su alrededor. Eran hombres, mujeres y ninos que pocas horas antes tenian la esperanza de alcanzar la libertad en las costas de la Florida. Uno de aquellos a quienes vio morir fue a Ramel Prieto. Entre los muertos figuraron tambien Munoz Garcia, su novia y la familia de ella.

"Otros estaban a punto de ahogarse. Como yo habia sido salvavidas en Cuba, ayude a algunos. Le tire mi salvavidas al escultor Gustavo Barzaga del Pino. Mas tarde, cuando los dos estabamos en Guantanamo, el hizo una escultura representando el hundimiento del 13 de Marzo", dice Hernandez.

Aparentemente, los oficiales del gobierno cubano suspendieron el hostigamiento cuando se percataron de que los tripulantes de un barco de bandera griega que estaba tratando de entrar en la bahia, observaban la escena a solo unos 800 metros de distancia.

Una lancha torpedera guardafrontera que habia seguido al 13 de Marzo desde el principio y cuyos oficiales habian observado impavidos la masacre, se acerco entonces.

Al igual que los demas hombres del grupo, Hernandez estuvo detenido alrededor de 20 dias en Villa Marista, sede de la Seguridad del Estado.

"Decian que habia sido un accidente provocado por nosotros y que pagariamos por los muertos. Como a muchos otros, querian obligarme a declarar que habia sido un accidente. Me traian los periodicos en los que aparecian declaraciones de otros supervivientes. Despues de 22 dias se dieron cuenta de que no me convencerian y me soltaron", cuenta.

Le advirtieron que no podria salir de la provincia, reunirse con grupos opositores, ni participar en fiestas, ya fuera en su casa o fuera de ella. Tambien debia reportarse periodicamente a Seguridad del Estado.

El 29 de agosto de ese mismo agno salia de Cuba en una balsa junto con varios familiares. El 3 de septiembre fueron recogidos por guardacostas norteamericanos y conducidos a la base naval de

Guantanamo, en donde Hernandez vivio junto con otros 30,000 cubanos, la segunda gran odisea de su vida.

A mediados de marzo, 15 anos despues de su primer intento por alcanzar la libertad, Jorge Alberto Hernandez pisaba finalmente tierra de la Florida, con su hermano Ernesto, de 30 años, y su sobrino Jorge Luis Barrios, de 17.

En virtud del acuerdo Estados Unidos-Cuba, para otros miles de cubanos quizas las costas de la Florida se han alejado hasta un punto inalcanzable.x

CONTACTO (c) 1997

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