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Colapso a la vista

Gustavo Pardo Valdés

LA HABANA, Cuba, mayo (www.cubanet.org) – Dialogar y negociar son palabras tan frecuentes en los regímenes democráticos que pasan inadvertidas. No ocurre lo mismo en los sistemas autoritarios, en los cuales los gobernantes negocian cuando enfrentan situaciones de extrema gravedad.

En los gobiernos totalitarios la opción del dialogo es limitada y no implica el toma y daca. En estos regímenes prevalece la intolerancia como esencia de su proyecto político. Desde sus inicios, en 1959, Fidel Castro proclamó: “Con la revolución o contra la revolución. No se admitían los términos medios”.

Desde que el general Raúl Castro asumió el poder, algunos hechos han sacudido al gobierno, originalmente nombrado con la anuencia de Fidel Castro. Ramiro Valdés, a quien muchos consideran enemigo de Raúl Castro, era la mano dura capaz de neutralizar cualquier desviación ideológica. Su presencia era necesaria para apuntalar la unidad entre talibanes y moderados.

Después que mostró algunas cartas de apertura, Raúl Castro empezó a apretar las tuercas, haciendo un giro hacia la tradicional ortodoxia castrista. La sustitución de dos hombres claves en la línea del poder, proclives a la negociación, ponía en claro la radicalización del nuevo gobierno.

Se aplicaron nuevas medidas represivas a las Damas de Blanco, para ejemplarizar al resto de la sociedad. No obstante, estas mujeres se mantuvieron firmes y unidas, exigiendo la excarcelación de los presos políticos.

Los síntomas de que el status quo entre talibanes y moderados han cambiado, se evidenciaron en la información trasmitida por la televisión sobre la reunión sostenida entre el general Castro y el Cardenal Jaime Ortega, cuando se dejó claro que “en estas conversaciones no se había abordado el tema de los presos ni de las Damas de Blanco”.

Cuando un sistema tan cerrado como el cubano accede a negociar, es porque las fisuras dentro del  aparato gobernante ponen en riesgo la estabilidad del mismo.

De estos hechos se puede presumir que a corto plazo se producirán acontecimientos tales como:

Liberación de un número indeterminado de presos de conciencia y comunes
Ampliación de las negociaciones con el gobierno norteamericano y la Comunidad Europea.

Dialogo sobre el tema migratorio, reunificación familiar, turismo, intercambios académicos, culturales y deportivos, relaciones comerciales, Radio y TV Martí, los 5 espías y los terroristas refugiados en Cuba.

Gradual normalización de las relaciones Cuba-EE UU.

Apertura económica.

Todo ocurre no con el concurso del gobierno, sino a pesar suyo.




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