Frank Correa

LA HABANA, Cuba, mayo (www.cubanet.org) - El Pico Turquino es la elevación más alta de Cuba, con  dos mil cuarenta  metros sobre el nivel del mar. En su cima hay un pedestal que sostiene un busto de José Martí.

El busto se debe a la escultora habanera Jilma Madera Valiente, y es una copia menor del busto de Martí que se colocó en 1952 en la Fragua Martiana que, según María Mantilla, la niña preferida de Martí,  es el más parecido al verdadero rostro del apóstol cubano que ella recordaba, cuando visitó La Habana con 73 años el 29 de enero de 1953.

Para transportar el busto hasta el Turquino, en el corazón de la  Sierra Maestra, se organizó una expedición dirigida por Gonzalo de Quesada y Miranda (hijo del secretario personal de Martí), a quien secundaba el doctor Manuel Sánchez Silveira, quien le pidió permiso a don Gonzalo para que Celia Sánchez Manduley (hija de Sánchez), participara de la expedición, con el propósito de  filmar el acontecimiento.

También participaron en aquella expedición al Turquino, miembros de la Asociación de Antiguos Alumnos del Seminario de la Universidad de La Habana, y del Instituto de Arqueología, del cual el doctor Silveira era representante en Oriente.

La película, filmada en formato de ocho milímetros, recogió los momentos de la colocación del busto, y fue estrenada días después en la televisión. Hoy no se sabe dónde está el original del filme, pero en  los pedazos que se conservan se ven imágenes de la montaña, se reconoce el trillo por el que se escala a la cumbre, la soledad de la altura, y el sol, que revela lo poco que ha cambiado el lugar.

Es la misma tierra, las mismas piedras, el sol del año 1953, cuando un grupo de patriotas quiso situar en lo más alto de la isla al más universal de los cubanos.

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