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Derecho humano

Frank Correa

LA HABANA, Cuba, marzo (www.cubanet.org) - Un derecho fundamental, el acceso a la verdad, fue violado cuando salí por el barrio a buscar el periódico Granma del miércoles 17 de marzo para leer el Pronunciamiento de la UNEAC y de la AHS: A los intelectuales y artistas del mundo, y me encontré con una situación desagradable: habían cogido todos los ejemplares para utilizarlos en el baño.

El periódico Granma, órgano oficial del Partido Comunista, se vende temprano en los estanquillos estatales. Por lo general personas de la tercera edad que hacen colas todos los días, y algunos transeúntes, agotan la tirada. El otro medio de adquirirlo es a través de la suscripción. En mi cuadra dos militantes del partido, el encargado de la vigilancia y la presidenta del Comité de Defensa de la Revolución están suscritos, el resto se conforma con los resúmenes que prepara la televisión.

Una colega, miembro de la Unión de Escritores, me había advertido sobre el extraño tono y los vocablos utilizados en aquel Pronunciamiento. Confesó que estaba escrito para ser leído entre líneas. Realizó varias llamadas telefónicas a escritores y poetas amigos, pero a ninguno el Secretariado de la UNEAC los había consultado. Me interesó el tema, y salí en busca del periódico.

Fui primero a casa del hombre que atiende el frente de vigilancia. Dijo que después de leerlo lo utilizó en el baño. Es un individuo honesto, que trabaja de pailero en una fábrica, el papel para él es escaso. Seguí buscando, y llegué a casa de la presidente del Comité, me recibió su hijo de quince años que escuchaba a todo volumen un tema del dúo de hip hop protesta Los Aldeanos. Sin prestarme atención y al ritmo de la música contestó:

-¡Pa´l baño!

Pensé en los militantes del partido. El primero dijo con tono cortante que el periódico ya lo había cogido para el baño, y entonces me ofendí. Con doble intención pregunté:

-¿Cómo el órgano informativo del partido va a ser cogido para el baño?

Salió la mujer, y dijo que allí estaban suscritos al periódico para, después de leerlo, utilizarlo como papel sanitario, porque el verdadero está perdido. La mujer trabaja como secretaria en el Sindicato Nacional de la Industria Pesquera, una persona humilde y práctica.

Pero el otro militante se mostró prepotente y se negó a prestarme el periódico.
-Por favor, es para leerlo aquí mismo y devolverlo.

El diario estaba sobre la mesa, junto a un plato vacío, abierto precisamente en la página donde el Secretariado de la UNEAC dejaba clara la posición de los artistas y escritores de Cuba sobre la “guerra mediática”.

beilycorrea@yahoo.es




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