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El aleteo del cuervo

Odelín Alfonso Torna

LA HABANA, Cuba, marzo, www.cubanet.org - Los periodistas del oficialismo, con parches de “matando y salando”, comienzan a zurcir lo que puede terminar en una tragedia con tanta repercusión internacional como la que tuvo el deceso del prisionero político y de conciencia Orlando Zapata Tamayo. Lo hacen, además de puntear la dignidad y el valor que ellos carecen, escudándose ante la opinión pública nacional e internacional con un humanismo que sólo le rinde frutos al poder. 

Esta vez la misión “desprestigio” fue contra la huelga de hambre que protagoniza mi colega Guillermo Fariñas Hernández –Coco para sus amigos y Fariñas para la Seguridad del Estado- en su natal Santa Clara, en la que exige la liberación de los más de 20 presos políticos cuya comprometida salud los pone en peligro de muerte. Dotado de todas las garantías para asegurar levantarse “dignamente” de los golpes mediáticos que ya se le enciman, el periodista Alberto Núñez Betancourt, en su artículo “Cuba no acepta presiones ni chantajes”, no encontró mejor protocolo que el brindado por el Órgano Oficial de los comunistas (Granma) en la edición del lunes 8 de marzo. 

Es evidente que se prepara el próximo guión sobre esta huelga, que entra en su tercera semana, y todo el arsenal logístico y tecnológico de los órganos de inteligencia en Cuba se pone en función de cada gesto o palabra de Fariñas y sus familiares. En tanto se ajustan los micrófonos direccionales y las cámaras, el ayuno debe acompañarse de argumentos fabricados a tenor de amañadas causas delictivas. 

Se me ocurre que tanto Enrique Ubieta como Alberto Núñez, forman parte de esa carrera de relevo donde el campeón no es el de mejor crono, sino el que más yardas avance con el batón de la infamia. De eso se trata, de emular en ese terreno bien ganado, el de las adversidades que vienen.  

 ¿Acaso lo que exige Fariñas no es lo mismo que le han servido al gobierno español con la liberación de varios prisioneros políticos? Sucede que sobre ese dudoso canje en que Madrid pone el visado y La Habana el chantaje, a Núñez Betancourt y otros de su calaña no se le asignan cuotas de comentario. Claro que si la solicitud de liberación viene de Fariñas, se trata de “soltar a contrarrevolucionarios”; pero si el mediador es el canciller español Miguel Ángel Moratinos, los prisioneros tienen su valor en Euros. 

Conozco a Guillermo Fariñas y sé que su entrega no responde a intereses de ningún tipo, más cuando éste públicamente ha donado sus premios internacionales para ayudar a los prisioneros políticos en Cuba. Él, no atesora más que respeto y solidaridad con los suyos. Pero para el cuervo es más fácil aletear de lejos, ahí donde los bastonazos -los merecidos-, no llegan.  
 
Y no tiene Alberto Núñez necesidad alguna de apelar a cables “absurdos” de la prensa internacional, para argumentar que “el Gobierno cubano ha indicado que se deje morir a este asalariado de la Sección de Intereses de los Estados Unidos en La Habana…” ¡Aplausos si él espera otra cosa de Raúl o Fidel Castro!   

Ni siquiera me tomaré  el trabajo de acusar al monopolio Castro Ruz y sus sucursales legislativas y judiciales de lo que pueda sucederle a Fariñas, porque sobre ellos ya pesa el peor y más nutrido expediente de injusticias extraoficiales. Lo que sí creo, después de leer a Núñez Betancourt, es que éste formará parte de ese elenco teatral que tendrá su debut si Fariñas muere. 

Los cuervos del régimen se valen de su alargado pico para limpiar todo el desperdicio que se esconde tras ese paraban de falso  humanismo. En la oscuridad absoluta, auguran tragedias cuando se les orienta aletear de un lado a otro y sembrar dudas.

odelinalfonso@yahoo.com  




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