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El eslabón más débil

Reinaldo Cosano Alén, Sindical Press

LA HABANA, Cuba, marzo (www.cubanet.org) - En 2008, y hasta junio de 2009, se procesaron mil 703 expedientes de verificaciones fiscales, con el 91,3 por ciento concluidos en septiembre del año pasado. El resto quedó pendiente, según el órgano Verificaciones Fiscales, de la Fiscalía General de la República, encargado de velar por la legalidad en las empresas y organismos del Estado.

Las verificaciones están dirigidas al cumplimiento de la razón social y control del uso de los bienes asignados de esos organismos. Los ramos agro-alimentario, salud, órganos locales del Poder Popular y ahorro energético estuvieron bajo la lupa de los verificadores fiscales. Pudieron sacar en claro el incremento de los delitos económicos, significativamente relacionados con la corrupción y aumento del número de dirigentes y funcionarios involucrados.

El aumento de la corrupción lo achacan al ''deficiente papel de los órganos de control interno, y a no realizar la labor de comprobación con la frecuencia requerida, y en otros casos no detectar las principales problemáticas existentes en las entidades'', según Caridad Sabó Herrera, directora de Verificaciones Fiscales.

Más de 9 mil medidas disciplinarias fueron impuestas y se tramitaron 162 expedientes de confiscación. Cifras que por sí mismas espejan lo extendido de la corrupción, que compromete a dirigentes sobornados, principalmente arrendadores de vivienda, elaboradores de alimentos: paladares, cafeterías, y transportistas privados.

Los fiscales refieren que hay responsabilidad delictiva en algunas entidades estatales, las que por omisión dieron vía libre a personas que se enriquecieron mediante mecanismos de control, contratación y legalización de trámites.

Un trabajador por cuenta propia dijo sobre el tema: “No tenemos que sobornar al funcionario. Él mismo abre las puertas. Te echa el brazo por encima o pone sobre ti una mirada te dice, ¡Estás en tremendo problema!
Si no entendiste así, te dirá por lo claro, Te puedo poner una multa muy alta y retirar la licencia comercial”.

Entonces sacas del bolsillo veinte dólares, se lo pones en la mano, y todo el mundo contento. Hasta la próxima visita dentro de un mes. ¡Son tantas las restricciones legales que siempre tienen por dónde agarrarte! Si no sigues la corriente es peor, ¡acaban contigo!”.

Según la fiscal, se necesita mejor preparación de los verificadores fiscales para actuar con mayor efectividad en los procesos de confiscación.

“La cadena se rompe siempre por el lado más débil”, sentenció el trabajador por cuenta propia.




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