Adolfo Pablo Borrazá

LA HABANA, Cuba, marzo (www.cubanet.com) - Silvio Rodríguez se pregunta por qué muchos jóvenes cubanos tienen como única aspiración emigrar. “Hay que reflexionar, analizar, y debemos escuchar a los jóvenes”, escribió el cantautor en una página de Internet.  

¿Sabrá Silvio Rodríguez que pocos jóvenes cubanos tienen la oportunidad de tener acceso a Internet y conocer lo que él piensa? Debe saberlo, y también que el gobierno que el apoya controla Internet: “ese potro salvaje que debe ser dominado”. 

¿Qué tal si los jóvenes cubanos no fueran bombardeados las 24 horas del día con la ideología comunista, no se vieran obligados a hacer acrobacias para comer y vestirse y tuvieran oportunidades de entrar y salir libremente  del país? ¿Pensarían en emigrar si cuando se graduaran pudieran desempeñar sus profesiones y ganar salarios que les aseguren satisfacer sus necesidades y un futuro con libertad? 

Cada causa, además de azares, tiene su efecto. El régimen castrista nunca permitió la diversidad de criterios, que es lo que enriquece a un pueblo. Hoy vemos los catastróficos resultados. 

Además de Silvio, intelectuales como Alfredo Guevara y Graciela Pogolotti han expresado recientemente sus preocupaciones sobre la actual juventud cubana. En realidad, ¿qué le preocupa ahora a esta gente? Tal vez les preocupe que, cuando mueran los líderes históricos de su revolución, el comunismo en Cuba se desbarranque y, luego de más de medio siglo, pierdan la guerra porfiada de Fidel. Si es eso, entonces realmente no les interesa en lo más mínimo lo que sucede con los jóvenes. A estos ancianos sólo les importa mantener viva de algún modo la utopía que comparten con el otro anciano, que ya apenas puede sostenerse en pie. 

Si por el contrario, de veras quisieran que la juventud cubana llenara sus expectativas, podrían empezar por aconsejar a los dirigentes de la dictadura que abandonen la testarudez y el fanatismo que los han llevado a destruir un hermoso país. 

“Un país sin jóvenes está destinado a ser una sombra, un fantasma”, dijo Silvio Rodríguez. Es cierto. ¿Por qué será? Tal vez el trovador deba ir al Punto Cero y reflexionar con el Comandante para juntos descubrir qué fue lo que le salió mal a su revolución. 

Es muy simple aclarar las dudas de Silvio. Para que los jóvenes confíen en tener en Cuba un futuro mejor, hay que permitirles que hablen lo que quieran y se asocien como mejor les parezca, sin temor a represalias.
Lo único que necesita nuestros jóvenes para no tener que emigrar, es algo que no conocen: libertad.