Miguel Iturria Savón

LA HABANA, Cuba, junio (www.cubanet.org) - Desde el III Campeonato Mundial de Futbol de 1938, celebrado en Italia, Cuba no gana un puesto en los eventos representativos del deporte de las multitudes. El hecho ha sido olvidado, entre otras cosas, porque los criollos anotaron un gol, pero recibieron ocho en el segundo partido. Desde aquel papelazo histórico seguimos en la cola futbolística del Caribe, donde predomina el beisbol.

Pero la frustración pertenece al pasado, pues desde el jueves 10 de junio, cuando comenzó en Johannesburgo, Sudáfrica, La XIX Copa Mundial de Fútbol, millares de cubanos permanecen frente a los televisores durante horas. Carecemos de estrellas, más no de pasión y amor por el futbol.

En estos días de fiesta futbolística nadie es imparcial desde Pinar del Río a Guantánamo. Los fanáticos madrugan para ver a sus favoritos, graban los encuentros de Argentina, Brasil, Italia, España o Alemania. Si algún escéptico lo pone en duda, debería asomarse a los barrios de La Habana o a las tertulias improvisadas en parques, escuelas, comercios y centros laborales de Matanzas, Santa Clara, Camagüey, Holguín o Santiago de Cuba.

Ex jugadores y fanáticos contraponen las hazañas del brasileño Pelé en los mundiales de 1958, 1962 y 1970 con el mítico Diego A. Maradona, director técnico de Argentina y su Pibe de Oro en 1986, cuando los rioplatenses ganaron la Copa. Se habla del francés Zinadine Zidane, mejor jugador del mundial pasado; de Lionel Messi, estrella del Barcelona y mejor goleador de la liga española; del portugués Cristiano Ronaldo y del célebre Kaká de Brasil, quien brilla menos que antes pero aún ilumina a los bailadores de samba.

Algunos recuerdan la historia del Maracanazo (1950), cuando Uruguay le arrebató la victoria a Brasil. A otros les sorprendió la derrota de España ante Suiza, quien llevaba 104 años sin ganarle. Los más eruditos evocan al triunfador de cada mundial, desde 1930 hasta 2010, o vaticinan al campeón de Sudáfrica, el cual oscila entre Brasil, cinco veces vencedor; Italia (4), Alemania (3) o Argentina (2).

Hay quienes esgrimen un dato curioso: cuando los mundiales fueron en Europa ganó un equipo del viejo continente, a excepción del celebrado en Suiza en 1962, donde se coronó Brasil, quien décadas después se impuso en zona neutral (Japón-Corea del Sur, 2002). Lo mismo sucedió en América. Ahora se descarta a los conjuntos de África como triunfadores y se dividen las apuestas entre sudamericanos y europeos.

Mientras avanza el Mundial los jóvenes cubanos se lanzan a las calles con balones y porterías improvisadas. Nos faltan horas de juegos, estadios, estrellas y tradición para competir en la escena mundial, pero sobran seguidores, comentaristas y chicos que sueñan con escribir su nombre entre los gladiadores del balón.