Odelín Alfonso Torna (PD)

LA HABANA, Cuba, junio (www.cubanet.org) - Peldaño a peldaño, el periodista Jean-Guy Allard ha ido posicionándose en el periódico Granma. Su habilidad en el ejercicio del periodismo investigativo, más que calibrarle su olfato para detectar los deslices de la política que llaman “injerencista”, ha sido un referente para la confrontación entre Cuba y los Estados Unidos. 

Jean-Guy Allard tiene su propio archipiélago dentro de la voluminosa campaña de desinformación del gobierno cubano, financiada con el sudor del pueblo cubano. Ahí encierra y fabrica los expedientes de supuestos violadores del fisco, terroristas, ex presidentes y organizaciones no gubernamentales financiadas, según él, por el gobierno norteamericano y la Agencia Central de Inteligencia. 

Se supone también, aunque no es su fuerte, que Guy Allard, de vez en cuando, agite en sus brebajes hostiles el tema de la oposición interna.

Por cansancio, nos resulta tolerable el cartelito de mercenarios y otros epítetos ya conocidos. Lo preocupante -no para quienes con la verdad preparan las exequias de la dictadura- es que este vocero al servicio del régimen cubano ande diseñando evidencias que involucren a la disidencia interna con la CIA. 

En su comentario del lunes 21 de junio en el diario Granma, titulado La USAID y los “contratistas”: la cara de la subversión en Cuba, Jean-Guy Allard refiere que entre las operaciones de la USAID existe una “campaña de difamación y establecimientos de redes de comunicación satelitales paralelas, concebidas por la CIA, y características de operaciones de inteligencia”.  
       
Y sobre esto tenemos que tener los ojos bien abiertos. El gobierno cubano, en medio del descrédito internacional, además de los ataques represivos en los últimos tres meses contra la oposición pacífica, no deja de fracasar en sus intentos por dividirla. Claro que sobre estos y otros tópicos como las destituciones forzadas, las pugnas por el poder en Cuba y la corrupción al más alto nivel, Jean-Guy Allard no se atrevería a investigar. 

Ya que Jean-Guy Allard sabe sacar las barreduras debajo de la alfombra, ¿por qué no indaga sobre el escándalo de corrupción en la empresa mixta cubano-chilena Río Zaza (Tropical Island), las dos muertes en torno a esto y la responsabilidad de su representante Max Marambio? 

Me gustaría saber cuáles son las “redes de comunicaciones paralelas” concebidas por la CIA, ¿acaso la red social Twitter, señor Jean? 

Ser cubano-canadiense, vocero de la “revolución cubana” y vivir en el edificio más alto de Cuba (Focsa), es llevar una vida paralela. Paralela porque, en lugar de encargarse de las interioridades del Partido Comunista de Cuba (PCC) y su dirigencia, es un centinela acérrimo de los contratistas de la Agencia para el Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAID) y la National Endowment for Democracy (NED). De ahí no sale.  

Al parecer, ir tras la pista de los fondos federales para la subvención interna en Cuba, o buscar en esta práctica un supuesto maridaje con el “terrorismo”, debe arrojar buenos dividendos. Sí, dividendos; porque horas de Internet, viajes, entrevistas exclusivas y prestaciones de todo tipo, no es cosa de menudeo o trabajos voluntarios. 

Lo peor es que Jean-Guy Allard, con sus investigaciones pre pagadas, sólo se presta a cavar la fosa común del castrismo, la misma a la que irán a parar quienes se roban la nación para asegurar la era pos-castrista. Esperemos el próximo informe de Mr. Guy.

odelinalfonso@yahoo.com