Miguel Iturria Savón

LA HABANA, Cuba, junio, www.cubanet.org -El martes 22 de junio, el Tribunal municipal de Diez de Octubre decidió la liberación del médico opositor Darsi Ferrer, quien llevaba casi un año encerrado en la prisión capitalina de Valle Grande, acusado en julio del 2009 de receptación de materiales para reparar su casa y de amenazas verbales contra dos vecinos que ayudaron a la policía a registrar su hogar.

Como el tribunal está rodeado de muros, tanto los reporteros acreditados en Cuba como algunos bloggers alternativos y periodistas independientes, tuvieron que esperar el fallo frente a la entidad o en el parquecito de la esquina, mientras una jueza del Tribunal Provincial de Ciudad Habana, la Fiscal principal de 10 de Octubre y un abogado defensor del Cotorro dirimían los detalles del caso, marcado –sorpresivamente- por un juicio garantista e imparcial, que legalizó el tiempo de encierro de Darsi Ferrer, quien realmente cumplió condena antes de ser juzgado.

El proceso, injustificadamente dilatado por presión de la policía política, representada en la sala por un coronel de la Seguridad del Estado, obligado a salir por la jueza al sonar su celular, se cayó mientras transcurría la sesión oral. De los siete testigos de la Fiscalía solo se presentaron cuatro, los cuales casi se retractaron ante las preguntas del defensor, que presentó cinco testigos que hablaron con desenfado.

Aunque la petición fiscal fue de tres años de privación de libertad, el Tribunal le impuso un año de trabajo correccional sin internamiento, constitutivo de una sanción virtual pues como cuenta el tiempo en prisión quedaría unos días, lo cual equivale a la liberación inmediata. Formalmente Darsi Ferrer vuelve a casa a esperar a que lo llame el juez de ejecución para hacerle una propuesta de trabajo.

Si de formalidades se trata cabe preguntar quién indemnizará a Darsi Ferrer por el año de encierro, lo que carece de sentido bajo el régimen cubano, acostumbrado a penalizar a los opositores pacíficos que exigen cambios democráticos en la isla, aunque la policía encubre las detenciones bajo supuestos delitos comunes.

Al concluir el juicio la prensa extranjera y los comunicadores independientes reportaron los detalles del proceso, pero el abogado no ofreció declaraciones pues tuvo que marcharse para otro litigio en el Tribunal provincial de Ciudad Habana.

Se comenta que la liberación del médico opositor no solo se debe al año de encierro y a la fragilidad de los delitos imputados, si no al costo político que tuvo para el gobierno insular, condenado por la comunidad mundial tras la muerte en febrero del prisionero político Orlando Zapata Tamayo, lo cual puso en el tintero la violación de los derechos humanos en Cuba.