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Parió Catana

José Fornaris (PD) 

LA HABANA, Cuba, junio (www.cubanet.org) - La expectativa llegó a su fin. Los cambios que iba a realizar Raúl Castro ya fueron anunciados. No hubo grandes titulares en la prensa oficial. Ha sido de una manera  sencilla, como si se quisiera que el anunció pasara inadvertido. No podía ser de otra forma. Recordemos que el segundo nombre del general Castro es Modesto. 

El primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, José Ramón Machado, fue el encargado de retirar el velo durante el pleno del Comité Provincial del Partido Comunista en la Provincia La Habana el 7 de junio. 

Machado informó que se van a crear dos provincias de una. A partir de la actual provincia La Habana, agregando algunos pedacitos de Ciudad de La Habana, serán creadas las provincias Artemisa y Mayabeque.  

Hace sólo 34 años que fue realizada  una división político- administrativa. De seis provincias se pasó a catorce y  un municipio especial. Ahora el número de provincias se elevará  a 15 y se agregarán dos nuevos nombres. 

Esos son grandes cambios. Hasta el gentilicio de más de un millón de personas cambiará. Habrá  que cambiar hasta libros de textos  en la enseñanza nacional y documentos de todo tipo a los nuevos artemiseños y mayabecanos. 

Eso implica también, al menos para una de las nuevas provincias, crear la nueva estructura para todos los organismos u organizaciones oficiales de carácter provincial. 

Partido Comunista, Jóvenes Comunistas, Poder Popular, Comités de Defensa de la Revolución, Seguridad del Estado, Policía, Fiscalía,  Federación de Mujeres, Combatientes de la Revolución y etcétera, etcétera, etcétera. Son decenas. 

Y ha sido una práctica permanente del régimen no construir nuevos inmuebles para sus representaciones, sino tomar los ya existentes. Hay miles de viviendas a lo largo y ancho del país, convertidas en sedes nacionales, provinciales, municipales o locales de  las muchas entidades oficiales u oficialistas que existen en Cuba después de 1959. 

Nadie puede negar que cambiar una provincia por dos es un cambio grande. Parece que el general Raúl M. Castro no quiere  irse sin dejar huellas. Hasta ahora  no había hecho nada que  lo trascienda. 

¡Y en qué momento está haciendo el cambio! Cuando él mismo en todas partes llama al ahorro y al trabajo porque el país está en pésima situación económica y financiera. Sobran más de un millón de empleados en los organismos presupuestados, y las necesidades materiales y espirituales de los cubanos son cada día más acuciantes. 

Este cambio debe ser analizado y aprobado por la Asamblea Nacional en  su próximo periodo ordinario de sesiones. Pero su aprobación, aunque nada les ha sido consultado a los ciudadanos al respecto –prácticamente tampoco se les ha informado nada-  está garantizada, porque todo el mundo conoce que en la isla los parlamentarios legislan con las manos. Siempre las levantan para decir que sí. Y lo más grave, hasta este momento ha ocurrido de esa forma, la gente acepta todas las violaciones del Estado a sus derechos. 

Este es uno de esos excepcionales casos donde el refrán popular “Éramos pocos y parió Catana”, está reflejado en todo su magnitud.

fornarisjo@yahoo.com 




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