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Historia del dengue en Cuba

Tania Díaz Castro 

LA HABANA, Cuba, junio (www.cubanet.org) - Es larga la historia del dengue en Cuba; tiene, según documentos que poseo, más de veintinueve años, porque fue el 30 de junio de 1981 que el periódico Granma dio a conocer por primera vez la existencia del dengue hemorrágico en la isla. En la misma nota, descartando la posibilidad de que hubiera sido traído por tropas cubanas que combatían en Angola, Fidel Castro acusó al gobierno norteamericano de ser el culpable.

Aunque días después, el 17 de julio, Estados Unidos colaboró con la Organización Panamericana de la Salud en el envío a Cuba de 300 toneladas de pesticidas, con el objetivo de combatir al agente transmisor de la enfermedad, en el discurso del 26 de julio, en su sempiterna guerra contra los americanos, Castro acusó nuevamente a ese país, y ordenó al entonces canciller, Isidoro Malmierca, que el 24 de septiembre repitiera la acusación ante la Asamblea General de las Naciones Unidas.  

Días antes, el 6 de septiembre, la Organización Panamericana de la Salud dio a conocer que, según sus investigaciones, el origen del dengue se había localizado en el sudeste asiático: Viet Nam, Laos, Tailandia.

Pero la historia nos dice lo contrario en lo que respecta al papel jugado por los Estados Unidos en la salubridad de nuestra isla. Fue gracias a la ocupación norteamericana (1898-1902) que en muy poco tiempo la isla se vio libre de la fiebre amarilla y otras enfermedades endémicas. Esto es un hecho aceptado por los más acreditados historiadores cubanos.  El gobierno de Estados Unidos había dado la orden de realizar un gran saneamiento a lo largo y ancho del país, mediante una moderna instalación de drenajes para las aguas albañales, arreglos y limpieza de aceras y calles, y sobre todo, una buena fumigación en el interior de viviendas y comercios.

Sin embargo, en estos cincuenta años de gobierno castrista, y a pesar del subsidio recibido durante treinta años de la desaparecida Unión Soviética, aún no se ha podido erradicar el dengue, aunque en varias ocasiones, como por ejemplo, el 19 de noviembre de1981, la prensa oficialista declarara el fin de la epidemia, una de las grandes mentiras de Granma.

Para Fidel Castro, como lo prueba todo lo acontecido a continuación, la higiene del país nunca ha tenido prioridad, y sí sus caprichos ideológicos.

El año 1982 se inicia no con contundentes limpiezas en pueblos y ciudades, sino con la más injusta de las represiones contra la población: los mercados libres campesinos desaparecieron bajo los embates de la Operación Pitirre. Días después fueron encarcelados los artesanos que vendían sus productos en la vía pública, sobre todo en la Plaza de la Catedral, en una histórica operación policíaca denominada Adoquín.

En la actualidad, mientras el dengue sigue azotando, sobre todo a los múltiples barrios marginales del país, y la falta de higiene se mantiene en las calles, parques y propiedades estatales; miles de médicos, enfermeros y sanitarios cubanos son enviados a otros países, porque obviamente, primero están los caprichos ideológicos del casi eterno dictador cubano, que la salud de nuestro pueblo.

 




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