Odelín Alfonso Torna (PD)
LA HABANA, Cuba, junio (www.cubanet.org) - El sistema educacional cubano, azotado también por la prolongada crisis socioeconómica que afecta el país, a menos de un mes de concluir el curso escolar 2009-2010, lanza una nueva circular que empuja al 60% de los egresados de la enseñanza media hacia institutos tecnológicos y escuelas de oficio. La resolución 306 del Ministerio de Educación (MINED), además de limitar y retardar la posibilidad de ingreso a la enseñanza superior, viene a suplir una necesidad coyuntural del país; algo así como cubrir esa vieja demanda de empleos en sectores laborales poco atractivos para la juventud.
La ya polémica resolución 306, versión modificada de la 177, destinada a desviar los intereses de cada estudiante egresado de elegir su futuro técnico-profesional, limita a un 40 % el ingreso de estudiantes de secundaria básica -con alto índice académico- a los preuniversitarios, escuelas de instructores de arte, informática, enseñanza artística, formadores de maestros, enfermeros y técnicos de la salud.
Aún así, la cuota de carreras tecnológicas como automatización y control, mantenimiento eléctrico, industria electrónica, metrología, comercio y gastronomía, apenas salpican a los egresados con un escalafón medio, situación que deja para la mayoría opciones de matrícula en escuelas también tecnológicas, pero en las especialidades de contabilidad, construcción civil, veterinaria y agronomía, esta última con más de156 centros de enseñanza en el país.
Según la viceministra de educación, Margarita MacPherson, entrevistada el 24 de mayo en la sección Mirada de lunes, del informativo Buenos días, la resolución 306 “no inicia un proceso de continuidad de estudios, que tiene que estar en correspondencia con las necesidades que están demandando los organismos”.
Se trata de restaurar en un plazo no mayor de cinco años la fuerza laboral en sectores agrícolas, de la construcción y otros poco remunerados, en los cuales se ha evaporado la capacidad de emplear, movilizar o capacitar mano de obra calificada.
Con la resolución 306 del MINED, el otorgamiento de carreras tecnológicas o estudios de oficio viene dispuesto por comisiones provinciales, municipales y de escuela, las que, a su vez, se sujetan en la disponibilidad de plazas existentes en los organismos locales.
No estamos ante un nuevo esquema de otorgamiento de carreras tecnológicas o de obreros calificados. Es el mismo perro con diferente collar. Veámoslo como algo que se quiere “descentralizar”, pero con la agravante de anteponer las emergencias de Estado sobre la vocación y los intereses del estudiantado.
Así lo enfoca la viceministra: “Estamos trabajando en función de la desagregación de las plazas, teniendo en cuenta las necesidades; eso es un trabajo que surge desde la base, a partir de las necesidades de diferentes organismo”.
A mi juicio, lo más discriminatorio de la resolución 306 sugiere anular en los jóvenes su vocación hacia determinada profesión, independientemente a si estén aptos o no académicamente, o sean cumplidores de lo que llaman “requisitos adicionales”; entiéndase el compromiso con las tareas político-docentes. Quienes ingresen –porque no les queda más opción- en especialidades no afines a sus intereses, sólo podrán continuar estudios universitarios en este mismo sentido. “Un técnico agrónomo tendrá derecho a continuar estudios de ingeniería agrónoma”, agregó la funcionaria.
Sobre el tema no van a faltar las explicaciones de algún que otro expositor en los medios de comunicación. Dirán que los jóvenes se adaptarán y no estarán exentos de oportunidades, o que esta o aquella carrera no deseada los preparará para su futura vida laboral. También que no todos estarán aptos académicamente para carreras universitarias, criterio que echará por tierra la idea de Fidel Castro de la “universidad para todos”.
Pero la realidad es otra. La resolución 306 no es bienvenida por los estudiantes y sus progenitores. Unos pocos mantendrán el pupitre si las cosas les salen bien. Otros pasarán al oficio porque así lo quisieron, o porque no les quedó más remedio.
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