Dania Virgen García
LA HABANA, Cuba, junio (www.cubanet.org) - Me cuenta una amiga que a Niñito, según ella “el chamaco más sabroso de La Cuevita”, lo mataron en un ajuste de cuentas cuando volvía de un bonche en La Corea. Fue por culpa de una pistola que compró y no quiso pagar. Le dieron 12 puñaladas, una madrugada de sábado, cerca de la zanja del Cristo de Limpias. Era abakuá. Sus ecobios dicen que eso no se va a quedar así. Lo enterraron el domingo. El lunes pasado hubiera cumplido 19 años.
El Niñito es la víctima más reciente de los bonches de los fines de semana en San Miguel del Padrón. Ahora hablan mucho de él, pero pronto pocos lo recordarán, porque habrá otro muchacho muerto de quien hablar, otros heridos, más presos.
Pero los bonches (fiestas improvisadas en la calle) seguirán, porque los jóvenes no tienen nada que hacer ni en que distraerse las noches de los viernes y sábados, ni las y calurosas tardes de los domingos. En San Miguel no hay dónde bailar y divertirse, y tampoco hay dinero porque “todo se ha puesto malo”.
Sólo queda sacar los baffles para la acera, subir el amplificador y sonar el reguetón a todo lo que dé. A perrear con Gente de Zona, Baby Lores, Daddy Yankee, la Charanga. Y vengan ron, alcolifán, pastillas, marihuana, lo que aparezca.
Nadie invita. Viene el que quiere. A bailar, a descargar. Pero hay quien va a buscar líos. A saldar cuentas de dinero, celos. Rencillas, pura guapería. Por cualquier cosa pelean los muchachos, y a veces sus padres también. Y los demás parientes, amigos y vecinos. Enseguida se forman dos bandos. Pelean con palos, tubos, cabillas, botellas, navajas, machetes. Hasta que suenan los tiros. Entonces aparece la policía, a recoger el muerto y llevarse a varios muchachos presos, los que peor les caigan. Si son negros, peor para ellos. De todos modos, tarde o temprano los iba a coger la ley de peligrosidad.
Y así hasta el próximo fin de semana, cuando los muchachos correrán la voz anunciando dónde será el bonche, si en La Cuevita, La Rosalía, La Carolina o La Corea, donde mismo mataron a Niñito. Y todo estará “tocao” hasta que a alguno se le ponga la cabeza mala y otro bonche termine en bronca. Y nunca se sabe cómo termina una bronca en San Miguel.
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