LA HABANA, Cuba, 3 de junio, (Osmiel Carmona, www.cubanet.org) -Vecinos de la calle San Isidro, en el poblado de Managua, al sur de La Habana, protagonizaron el 25 de mayo fuertes protestas contra la actitud abusiva de cuatro miembros del cuerpo represivo militar Prevención. 

Según testigos presenciales, el disturbio se inició cuando el vehículo patrullero con matrícula FO4020, tripulado por los cuatro guardias que perseguían a cinco reclutas fugados, irrumpió a gran velocidad en el vecindario y casi atropella a un grupo de niños que jugaban en la acera.  

“Cuando le reclamé al que parecía ser el jefe del grupo, respondió con total indiferencia que podía quejarme donde quisiera que a él en nada lo perjudicaría porque sólo hacía su trabajo y lo ocurrido eran gajes del oficio”, relata la madre de uno de los niños. “Su actitud me impulsó a abofetearlo y otras mujeres se me sumaron.”  

Durante la persecución, uno de los militares sacó un arma de fuego y apuntó hacia los reclutas que huían y aunque no disparó, puso en riesgo la vida de los vecinos. 
Otro motivo de protesta fue el trato recibido por el único recluta capturado, que estando esposado, fue golpeado con saña, siendo visibles los signos de la golpiza en su cuerpo sangrante. 

Al ver las condiciones en que habían dejado al joven detenido, los habitantes de San Isidro volvieron a emprenderla a insultos con los boinas rojas, como se conoce popularmente a los miembros de Prevención. La enardecida multitud gritaba:

“Denle comida en vez de golpes, que ellos se fugan porque tienen hambre.” 
Después del incidente, varios vecinos marcharon al cuartel de la PNR de la localidad a denunciar a los boinas rojas. Un policía trató de calmar los ánimos de los pobladores al dar garantías de que tales hechos no se volverían a producir.  

Cuenta una señora que  el policía dijo: “Aquí para correr y perseguir estamos nosotros.”