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Despedida de mayo

Lucas Garve, Fundación por la Libertad de Expresión

LA HABANA, Cuba, junio (www.cubanet.org) - -El lunes me levanté temprano para ir a la bodega a comprar los artículos vendidos por la libreta de racionamiento. No había café en casa para la colada mañanera, y buscarlo se convirtió en tarea de choque. Como era el último día del mes, distribuyen los alimentos racionados correspondientes al mes de junio. Lo primero que compraría serían los dos sobres de café a los que tengo derecho.

El 31 de mayo repaso los hechos y fechas que me conciernen. Los cumpleaños de mis nietos, de la parienta que quiero como a una hija; y recuerdo a mamá, acentuada su ausencia el Día de las Madres. 

El mes de mayo es el de las evocaciones marianas y de la Virgen María. Igualmente el 30 de mayo es el día dedicado a la Santísima Trinidad. Si, como dicen, en el pecho de cada paloma alienta el Espíritu Santo, seguro que por eso valen tan caras. Los criadores, conocidos como palomeros, las venden a ochenta pesos.  

También mayo es el mes de las flores, que llenan los búcaros de recordación a los que ya no están. Las flores pueden costar hasta 25 pesos cada una, rosas especiales de un rojo que parece terciopelo. Todo esto viene al caso porque cuando encendí la radio para saber la hora, escuché que a nivel mundial celebran la Jornada Mundial contra el Tabaquismo. Por lo tanto, sentí que no debería tomar café, porque el néctar negro invita al cigarrillo o al habano.

Elaboré entonces una teoría de autodefensa para borrar de mi mente la idea de fumar. El tabaquismo se expandió después de la llegada de Colón a las Antillas. El consumo de tabaco fue una de las maravillas del nuevo mundo que América regaló a Europa.  

Los consumos mundiales de tabaco y azúcar fueron palancas principales que empujaron a Cuba a entrar en mercado mundial. Hasta nuestros días, ambas producciones se insertan en los mitos fundacionales que nos identifican. Así que hablar de lucha contra el tabaquismo en la isla, no deja de ser benéfico y paradójico.

Por la calidad superior del tabaco cubano la isla goza de fama mundial. Sin embargo, el consumido por la población no posee la misma calidad. El tabaco mejor es para la exportación y hay que pagarlo a precio de Nueva York en La Habana.

A pesar de los altos precios y de la campaña en contra del tabaquismo, las filas de fumadores aumentan. No obstante, existe cierto rechazo al consumo de tabaco en lugares públicos. Pero como los taínos no dejaron nada archivado, no sabemos a cuánto ascendía el número de fumadores entre ellos y cuántos de los que fallecieron por cáncer eran fumadores.

De todas maneras, para limpiar los pecados propios lo mejor es buscar un chivo expiatorio. En Cuba es la forma más socorrida para dormir tranquilo. Las dificultades de la crisis que nos agobia ocurren por culpa del bloqueo. Si falta el agua corriente, si el sabor del pan es ácido después de 24 horas; si la guagua no pasa a tiempo, si la agricultura es un desastre, si se rompió el ventilador o el refrigerador, si hay apagones, ya sabemos de quién es la culpa.  




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