El presidente de Chile, Sebastián Piñeras gestiona la salvación de Guillermo Fariñas.

El presidente de Chile, Sebastián Piñera, instruyó el sábado a su canciller Alfredo Moreno para que pida a Naciones Unidas gestiones que eviten la muerte del disidente cubano Guillermo Fariñas, en huelga de hambre desde el 23 febrero.

El presidente se preparaba para un acto de entrega de viviendas populares cuando supo que el diario El Mercurio había informado sobre la inminencia de muerte que se cierne sobre el periodista independiente cubano Guillermo Fariñas.

El disidente, quien es alimentado por vía parenteral y se ha debilitado notablemente presenta ahora -según han reportado los médicos- un trombo alojado en el confluente yugulo subclavio izquierdo que podría causar su muerte.

Piñera recordó que el 25 de febrero había condenado enérgicamente las muerte del disidente Orlando Zapata Tamayo y las circunstancia en que había ocurrido su fallecimiento y creyó que el hecho no debía repetirse.

El propio Guillermo Fariñas le había enviado en el mes de marzo una carta para que él, como nuevo presidente de Chile, intercediera ante Naciones Unidas por los presos políticos, y supo que debía hacerlo ahora.

De inmediato, el mandatario instruyó a su ministro de Relaciones Exteriores y a su embajador frente a Naciones Unidas para que hicieran todas las gestiones necesarias frente al gobierno de Cuba y frente al organismo internacional para intentar salvar la vida de Guillermo Fariñas.