Leonel Alberto Pérez Belette

LA HABANA, Cuba, julio (www.cubanet.org) -  Los dirigentes del país repican sus tambores de hojalata para anunciar la próxima guerra mundial. Tal parece que si uno saca un pie de la Isla le podría caer un misil nuclear en el dedo gordo. ¡Y sí que tienen razón las autoridades, porque la guerra ya empezó; pero en casa! Sólo que en el bunker presidencial no se han dado por enterados.

Al chofer de la primera secretaria del Partido Comunista de Regla casi lo matan a golpes y cuchilladas para robarle una cadena de oro que llevaba colgada al cuello. Los médicos le salvaron la vida después de ingresar a la sala de urgencias del hospital naval Miguel Díaz Soto, el pasado sábado.

En la unidad de cuidados intensivos de otro hospital habanero, atendieron a un hombre que fue agredido dentro de un ómnibus urbano. Los cacos le exigieron un cigarro, y cuando respondió que no fumaba, le apuñalearon sin  piedad. El señor continúa en estado grave.  

Desde hace una semana un adolescente permanece en estado de coma, y es poco probable que sobreviva. Fue asaltado en el municipio Diez de Octubre por unos malandrines que pretendieron robarle un reloj y algunas pertenencias de poco valor.

Fuentes médicas dan cuenta de los constantes e inusuales arribos de heridos a los centros hospitalarios, debido al incremento de la violencia. La mayoría de la veces los incidentes son motivados por atracos, vandalismo, o discusiones aparentemente banales.

Una señora, que se confiesa partidaria del régimen, pero prefirió no identificarse, afirmó: “La ciudad parece Berlín tras un bombardeo durante la Segunda Guerra Mundial. A los problemas tradicionales se ha sumado la llegada de las vacaciones escolares. No se trata únicamente de carencias económicas por la disminución de las remesas que llegan del exterior, sino de la falta de opciones recreativas. La juventud no tiene en qué emplear su tiempo y para gastar adrenalina opta por asumir conductas delictivas que ponen en peligro la vida de las personas, aunque no es únicamente la falta de opciones el origen del bandolerismo porque no son únicamente los adolescentes los que incurren en conductas inapropiadas”.  
         
Indagar con la policía sobre estos acontecimientos es sembrar en el desierto. Casi nunca aparece en el momento preciso, y los medios de prensa se limitan a transmitir una imagen inmaculada del país, donde todos los planes se sobre cumplen, mientras el Comandante reflexiona sobre la guerra del fin del mundo.