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Cobertura oficial

Odelín Alfonso Torna (PD)

LA HABANA, Cuba, julio (www.cubanet.org) - En torno a la última huelga de hambre del psicólogo y periodista independiente Guillermo Fariñas (Coco), algunos voceros del régimen publicaron en la prensa oficial sus opiniones. Con la decisión unilateral del gobierno cubano – convertida además en una evidente derrota para la revolución- de liberar a los presos de conciencia arrestados en la Primavera Negra de 2003, me pregunto por qué quedó congelada la libertad de los periodistas oficialistas para opinar en sus libelos. Imagino que Enrique Ubieta, Gladis Rubio y Jean-Guy Allard, preparen sus guiones, ahora que los presos liberados ya no son “mercenarios”, sino sólo presos.  

Puede también que la periodista Deisy Francis Mexidor, quien le formuló las doce preguntas de Granma al especialista Armando Caballero, jefe de los servicios de terapia intensiva del hospital universitario de Santa Clara, y del equipo médico que atendió a Fariñas, prepare un cuestionario para el paciente, ahora que abandonó su ayuno de más de 130 días. ¡Ah!, por supuesto, que no falte la pregunta: ¿Por qué estabas en huelga de hambre, Fariñas? 

 ¿Será que se agotaron los peldaños para una nueva escalada en función de la campaña mediática contra Cuba? ¿Estarán ganando tiempo para fabricarles expedientes delictivos a Pablo Pacheco, Julio César Gálvez o José Luís García, tres del grupo de los siete primeros presos desterrados a España? 

Es razonable y hasta cierto punto un acto de respetuosa camaradería, que si el reflexivo en jefe Fidel Castro viene robándose el show por estos días, los colegas oficialistas le cedan el paso. Saben de antemano que el “estratega político” es el más indicado para desviar la atención de las liberaciones con sus delirios bélicos, que incluyen una supuesta tercera guerra mundial, conflicto que pospone Fidel cada vez que algún cable de prensa le llega retrasado por la pifia de un alcahuete. 

Tampoco se ve a los reporteros Maray Suárez y Yosvani Nogué correr micrófono en mano y en pleno acoso sobre las Damas de Blanco, en sus caminatas pacíficas por 5ta avenida, tal y como lo hicieron la semana del 15 al 21 de marzo, durante la jornada conmemorativa por el séptimo aniversario de la Primavera Negra.  

Estoy seguro que ninguno de los comunicadores al servicio de la dictadura entiende este cambio repentino de Raúl Castro respecto a la liberación de los llamados mercenarios, a quienes ni siquiera ahora pueden cambiar por compotas de manzana. A decir verdad, yo tampoco lo entiendo. La diferencia está en que si la orientación viene de arriba, escalera abajo, todo el mundo de cara al suelo. 

La Iglesia Católica se pronunció  respecto a las liberaciones de prisioneros de conciencia, pero el gobierno aún busca el argumento preciso para cuando llegue el momento exacto.  

Para quien la “moral periodística” no le permite rebasar las alambradas e informar sobre las excarcelaciones y los destierros, la cobertura oficial descansa sobre la recuperación de la agricultura, los embalses de agua o la gastronomía estatal en el verano.  

Para Fidel Castro, el mundo se acaba mañana y la revolución coge impulso para otros cincuenta años.

odelinalfonso@yahoo.com  




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