Martha Beatriz Roque Cabello

LA HABANA, Cuba, julio (www.cubanet.org) - Un pasaje de la Biblia hace referencia a una mujer pecadora a la que varios hombres querían apedrear. Jesús, sin levantar la vista del suelo les dijo: “El que esté libre de pecado que tire la primera piedra”.  Podría utilizarse como una aproximación a lo que sucede en Cuba con los gobernantes. Los pecadores son los que están en la base, los de la cúpula se sienten “libres de culpa” y siempre están lanzando piedras.

Son innumerables los ejemplos que podrían citarse durante 50 años de fracasos; pero baste recordar uno: la zafra de los 10 millones. ¿Quién duda que su revés fuera responsabilidad de Fidel Castro? Todos le decían que no se podía llevar a cabo, incluso el ex ministro de la Industria Azucarera, Orlando Borrego, que fue defenestrado inmediatamente, pagando así con la culpa de los esfuerzos y recursos que se emplearon en esta campaña. Hay que recordar que el país se paralizó. 

A pesar de ello, nunca se le ha hecho una crítica pública al “todopoderoso” Comandante en Jefe, y en esa línea está Raúl Castro, que prometió en un discurso en Santiago de Cuba que ese municipio tendría agua. Y es que la vida de los santiagueros se hace muy difícil por las necesidades que existen en esa empobrecida provincia, a lo que hay que añadir la falta del preciado líquido.

Recientemente, el periódico Granma dedicó cuatro páginas a analizar esta problemática, bajo el título El agua en Santiago de Cuba: un reto impostergable, anunciando la rehabilitación integral de su acueducto, con una inversión de 150 millones de pesos, lo que convertiría a esta urbe en la primera del país en solucionar el abasto de agua.

Después de un análisis de los obstáculos que han encontrado en el camino para terminar la obra, entre ellos la caída en pedazos de la estación de filtros, por su mala ejecución, Raúl Castro quiso recordar algo que dijo once años atrás sobre las inversiones. Pero después de transcurrido ese tiempo las cosas siguen igual y la culpa de los problemas siempre cae en los dirigentes de base, y los trabajadores.

Esto da una idea del nivel de atraso en que se ha sumido la isla en estos años; ni siquiera una ciudad como esta, bautizada como “la cuna de la Revolución”, ha tenido la posibilidad de desarrollarse en un aspecto vital como es el suministro de agua. Pero hay otros pueblos y municipios, entre ellos cabeceras de provincias, que sufren también el abandono de años de despreocupación.

Un ejemplo de ello es el poblado de El Mango, en  Río Cauto, Granma. Aquí hay una empresa camaronera que ha creado una difícil situación para los habitantes de la comarca, ya que los desechos que genera traen problemas higiénico-sanitarios, que no se combaten y obligan a los pobladores de la localidad a convivir con mosquitos y, a pesar del intenso calor, a tener que usar mangas largas todo el año.

A ello también se suma la falta de agua y la inexistencia de la recogida de basura. 
¿Quién se supone que se encargue de solucionar estos problemas? ¿Qué hace el gobierno local? ¿O es que habrá que esperar a que Raúl Castro ofrezca un discurso en el poblado para que se elimine esta situación?

De forma general, éste es el escenario en toda la isla. A pesar de ello, todos los años se escoge una provincia como sede del acto central por el aniversario del asalto al Cuartel Moncada, el 26 de julio de 1953. Este año se escogió a Villa Clara y el acto central se realizará en la ciudad de Santa Clara.

El Gobierno se apresuró en resolver la situación de los presos del Grupo de los 75, entre otras cosas, para no tener la preocupación, durante la celebración, de la huelga de hambre de Guillermo Fariñas, ingresado en un hospital de esa ciudad.

También en Ciudad de La Habana les inquieta la constancia de las Damas de Blanco, que cada vez tienen más apego popular. Cuando se pasa la vista por la isla, ya sea percibiendo problemas sociales, económicos o políticos, lo que se ve es una difícil situación para la cúpula gobernante, que cada día que pasa se complica más, porque el sistema sólo genera ineficacia.