Yosvani Anzardo Hernández 

HOLGUÍN, Cuba, febrero (www.cubanet.org) - No hay en el mundo sistema económico más justo que el socialismo. Digo esto no sólo porque un señor me pidió que lo dijera, sino porque lo creo. Y el que no esté de acuerdo conmigo (que sólo serán unas 6 millones de personas), si es que queda sentido común en este planeta, ahora lo va a entender.  

En el egoísta mundo capitalista la economía es un desastre. Imaginen que en un restaurante de ese mundo atroz, el cocinero no sabe cuántos granos de arroz componen una ración, y hay bistecs del tamaño de un plato, ¡pero qué barbaridad! Aquí, es verdad que el servicio es más lento, pero hasta que el cocinero no esté convencido de que en la espumadera no hay más de 135 granos de arroz, no te sirve; y del bistec ni hablar, una regla milimétrica es el principal utensilio de cocina en estos tiempos.  

El socialismo es una maravilla, donde no tienes que preocuparte por carro, ni casa, ni a dónde ir en vacaciones. Es cierto que el sistema trae consigo algún nivel de escasez general, pero no es una crisis, sólo una condición de austeridad que el Estado le impone al pueblo para educarlo, y los funcionarios estatales se castigan asumiendo para ellos esa vida malsana de la burguesía.  

Y ya que estamos hablando de lo que Einstein catalogó de infinito: la estupidez humana, hay quienes cuestionan nuestra "libertad" y costumbres socialistas. A esas personas les digo: El que diga que Cuba no es libre, siendo Castro el dueño de todo, es un pillo, traidor, un insurrecto Mambí. 

Los cubanos hemos llegado a tal punto de naturalidad socialista que hasta los animales nos enseñan cómo actuar y comparten sus técnicas con nosotros. Por ejemplo, cuando el gallo quiere cubrir una gallina, comienza a picar en la tierra como si ahí hubiese comida. La gallina interesada en el alimento se acerca y el gallo aprovecha y la coge. 

Aquí son muchos los que usan esa técnica. Andan con una latica de cerveza en la mano, a veces hasta vacía, esperando que se acerque la gallina. Pueden esperar en esa situación varias horas. No sé si da resultado, pero de que hay gallos comemierda o gallinas borrachas, o ambos, no hay duda. 

Hace unos días, en la terminal de ómnibus de Holguín, escuché a una señora que hablaba por los altoparlantes: "La terminal Dagoberto San Fiel se complace en anunciarles su próxima salida.  Pasajeros con destino a Asiento Molido tienen un camión sin asientos". 

Me están vacilando, pensé. Poco tiempo después escuché: "La terminal Dagoberto San Fiel se complace en anunciarles su próxima salida: Pasajeros con destino a Aura, tienen un ómnibus, directo". 

Y claro, supongo que al Aura hay que entrarle directo. Y ahora es usted quien piensa que yo lo estoy vacilando, pero los que son de aquí saben que no miento. Además, recuerdo que siempre se ha dicho que el mejor chorizo del mundo era el de Aura. Y es que Aura es un pueblo de gente buena; y en lo que los cubanos nos parecemos de verdad al Aura, o Buitre Americano, es en que este no tiene voz.  

En Banes, escuché un día: "Los pasajeros con destino a Retrete tienen un panelito sin puertas". Ahora sí, dije yo. Aquí hay que ir al baño enseñando el trasero.