Gustavo Pardo Valdés

LA HABANA, Cuba, 22 de febrero, www.cubanet.org -En horas de la noche del pasado día 19 de febrero tuvo lugar una velada en la residencia del Sr. Jonathan Farrar, Jefe de Misión de la Sección de Intereses de los Estados Unidos de América en La Habana, en la cual participaron numerosos miembros de la emergente Sociedad Civil cubana, además de los miembros de la delegación norteamericana a las conversaciones inmigratoria recientemente reanudadas entre ambos gobiernos.

La velada se caracterizó por el amplio intercambio de opiniones que se llevo a cabo entre los cubanos asistentes a la misma, y entre éstos y los miembros de la delegación norteamericana, quienes estaban muy interesados en escuchar las opiniones, conceptos y experiencias que se les narraban.

Entre una parte apreciable de los asistentes nacionales, se pudo constatar que existía un sentimiento de escepticismo basado en la falta de resultados reales obtenidos hasta el momento en las anteriores negociaciones realizadas. No obstante, fue significativo que la mayor parte de las opiniones vertidas al respecto, coincidieron en lo necesario y positivo de mantener abiertas las puertas al dialogo, manteniendo dichos encuentros.

Se pudo apreciar el interés existente entre los miembros de la delegación norteamericana por escuchar los diversos  planteamientos y enfoques que del asunto se les daba, atendiendo a los disímiles puntos de vista y experiencias de cada cual.

Es deseable que este mismo espíritu de dialogo y disposición al entendimiento esté presente en todas las partes involucradas en el un asunto que puede abrir las puertas para tratar otros aspectos del diferendo que el régimen actual ha sostenido por espacio de cincuenta años con las distintas administraciones norteamericanas, aunque las lecciones que la historia proporciona, no justifican en nada esta aspiración.

Estando a punto de concluir la velada, alguien de los presentes en la misma pregunto a uno de los delegados norteamericanos, si habían previsto traer algunos aparatos para mejorar el sentido auditivo de la de los sordos, al responder el interrogado que no, el cubano se limitó a decir “lamentable olvido”.