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Usted no puede seguir en la Facultad

Aleaga Pesant

LA HABANA, Cuba, febrero (www.cubanet.org) - Luego del 5 de abril de 2005 y durante algunos días, sus colegas más cercanos en el Departamento de Historia del Arte fueron invitados a conversar con el Rector y un oficial de la policía  política, en el edificio de la secretaria de la Universidad de La Habana. 

El Profesor Adjunto, Máster Julio Antonio, fue expulsado del claustro por contrarrevolucionario y había que explorar su radio de relaciones y el impacto del despido.  

Julio Antonio recibió un llamado del Decano Rogelio Rodríguez Coronel, para que fuera a su oficina. No habló hasta que ambos se sentaron.

-Profesor, recibí instrucciones del Rector Vela y la Seguridad del Estado, de que no puede seguir en la Facultad -dijo clara y directamente, como para salir del mal momento. 

Como el golpe era inesperado, el profesor dudó. Hacía años compartía su vida entre el trabajo en pro de la democracia, y el docente, y nunca tuvo presiones dignas de ese nombre. Indagó. Puntualizó entonces el Decano que la medida respondía a las actividades contrarrevolucionarias que el Profesor realizaba.  Recordó de inmediato la lectura de diarios extranjeros como El Nuevo Herald, de Miami, La Tercera, de Chile, y La Nación, de Argentina, a través del servicio de Internet de la facultad.

Pero no, la cosa iba más allá.  Aclaró que no hablaba de política en sus clases o en el departamento, por respeto a la institución y sus colegas.

El Decano confirmó su planteamiento y sacó la carta que guardaba celosamente.

-Usted participó en la confección de un documento sobre derechos humanos, y esto es inadmisible para este claustro.

-¿Qué tiene que ver? -preguntó el profesor en el colmo de su ingenuidad.

Pero el Decano no respondió.  Solo balbuceó que era una disposición superior y no podía hacer nada.

Su último acto de resistencia fue pedir la documentación legal, sobre la expulsión. El Dr. Rogelio Rodríguez Coronel, Decano de la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana, le dijo que no estaba en su poder entregársela. El documento con la firma de Juan Vela Valdés se encontraba en la Rectoría.

Sintió pena por el Decano, quien se disculpó por la situación creada. Rogelio Rodríguez Coronel, admirado por alumnos y profesores, se convertía así en comisario político, expulsando a uno de sus profesores,  por participar en la redacción de un documento sobre la violación de los derechos humanos en Cuba.




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