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Discursos de Saturno

Miguel Iturria Savón

LA HABANA, Cuba, febrero (www.cubanet.org) - Si alguien quisiera entender lo sucedido en nuestra isla durante el siglo XX, le bastaría con ver Cuba la bella, documental de 43 minutos del realizador Ricardo Vega, quien hace un montaje de los momentos medulares de 1902 a 1994 a través de imágenes de archivo.

La cámara de Vega, director y productor del documental, atraviesa la república y se detiene en la revolución de 1959. Los discursos del eufórico Fidel Castro ambientan la atmósfera del período sin interferencias de otros personajes, locutores ni textos aclaratorios. Solo los aplausos de sus seguidores y algunos testimonios y dibujos ilustran la voz del caudillo, quien habla de metas, proyectos y orienta cómo solucionar cada problema.

Una frase del presidente Tomás Estrada Palma: “Ya tenemos república, ahora hacen falta ciudadanos”, inquieta al espectador mientras escucha al delirante Fidel Castro, cuyas poses mesiánicas iluminan el futuro y desmontan la estructura republicana.

En Cuba la bella, Castro es la voz. El país es su escenario. La incontinencia verbal del showman político no necesita comentario. Como percibe la vida desde el poder, propone, juzga y dispone en nombre del pueblo. Pero sus experimentos populistas quedan sin asidero al caer la Unión Soviética; la isla queda a la deriva; el artífice de la manipulación toca fondo, pero no renuncia, pide entonces “la unidad de acción”.

Las imágenes del éxodo masivo y los testimonios de los jóvenes que parten en balsas en 1994 permiten al realizador contraponer el presente a lo dicho por Castro en New York en 1955: “Batista está resolviendo el problema del desempleo, millares de cubanos se ven forzados a abandonar su patria”.

Sorprende a los espectadores otras frases del caudillo sobre la democracia, el desarrollo de la ganadería y la agricultura, la educación, los abastecimientos y sucesos como la Crisis de los misiles (1962), la ocupación de Praga por las tropas soviéticas (1968), la fundación del periódico Granma y el terrorismo.

En el acto de fundación de los Comités de Defensa de la Revolución (1960), Castro señaló: 

“Vamos a establecer un sistema de vigilancia colectiva revolucionaria, y que todo el mundo sepa quién vive en la manzana, y qué hace, y qué relación tuvo con la tiranía, y a qué se dedica, con quién se junta, en qué actividades anda”.

La voz del gobernante renace como un bumerán desde las promesas y consignas olvidadas: El alto nivel material y cultural alcanzado por una economía planificada; el abastecimiento pleno de carnes de aves (1961), de viandas (1962), de peces (1963); la garantía de que con la nacionalización no faltará ropas, zapatos, comida y medicinas a la población; más las campañas contra el enemigo imperialista, “culpable del atraso” y de enfermedades como el dengue hemorrágico y la fiebre porcina.

En la escena del éxodo, el documental testimonia la orfandad ideológica de las multitudes que escapan del paraíso pregonado por el líder comunista, cuyo demencial protagonismo dividió a la nación, generalizó la pobreza y devoró a miles de cubanos. 

Nota: El documental Cuba la bella puede ser adquirido en el sitio Telebemba 




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