Aleaga Pesant

LA HABANA, Cuba, febrero (www.cubanet.org) - Los sábados y los domingos, desde las diez de la mañana comienzan a llegar los adolescentes. Hombres en su mayoría. Se reúnen en el  paseo de la Avenida de los Presidentes, donde se levantó en el año 1925 la estatua al primer Presidente de la República, Don Tomas Estrada Palma. Vienen de todas partes de la ciudad. Sus objetivos son dos, comprar y jugar a las cartas Yu Gi Oh.

No es un fenómeno aislado en Santiago de Cuba, y en Camagüey encontré adolescentes aficionados al nuevo juego. En Manzanillo hay una tienda donde se vende el mazo de cartas en 100 pesos, y en Guáimaro un joven levantaba un nuevo negocio con la compraventa de las cartas. 

El diario Juventud Rebelde realizó dos reportajes sobre el tema, y un artículo de opinión firmado por el periodista José Luis Estrada. Jóvenes, adultos y abuelos opinaron. Se involucraron en la polémica psicólogos y analistas de medios de comunicación.

La moda viene acompañada de un dibujo animado Manga, que trajo altos niveles de teleaudiencia al canal Multivisión donde se trasmitió de lunes a viernes en el horario de las seis de la tarde. Ahora se trasmite al mediodía.

En el parque Estrada Palma los jóvenes se reúnen a intercambiar y combatir bajo el influjo de las cartas. Los más organizados las traen en tarjeteros ordenadas según las tareas que cumplen. Sin embargo, los especialistas se preguntan de dónde salen las cartas impresas y cómo entran al país.

Jóvenes ensimismados en el combate de Yu Gi Oh, alaban las posibilidades del juego y uno, en medio del entusiasmo, se atreve a decir que como juego de combate es superior al ajedrez. Los amigos asienten.

Según el diario dominical la sociedad se parcializa hacia una tendencia u otra.  Los que maldicen el juego, satanizándolo por su nivel de violencia implícita, y los que lo ven como una forma de construir la hermandad entre los combatientes por medio de la lealtad y la fraternidad.

Los defensores aducen que los animados de Disney incorporan más violencia implícita, como la madrastra de Cenicienta o la bruja de Blanca Nieves. ¡Terribles personajes! 

Sin embargo, nadie resuelve el enigma de la ausencia de las mujeres adolescentes en el escenario del Vedado.

Un psicólogo afirma que las nuevas tecnologías y la cultura de masas tienden a fabricar productos culturales de gran imitación como las chicas Bratz o Doraemon, argumentando estar en una época de prácticas simbólicas, en la cual es fuerte la relación entre los medios de comunicación masiva y la construcción de la subjetividad.  

De regreso a casa noté entre las cosas de mis hijos una carta con la inscripción Rainbow Dark Dragon.

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