Francisco Chaviano González

LA HABANA, Cuba, febrero, (Cambio-Debate Cuba, www.cubanet.org)  -Los comunistas cubanos están muy molestos porque nuevamente se ha incluido a nuestro país en la lista de los que apoyan el terrorismo. Su modo de interpretar la realidad les impide verse como tales, para ellos el terrorismo es Posada Carriles. La ETA vasca, el IRA irlandés y el Hamas palestino; son grupos revolucionarios que tienen ciertos métodos de lucha (Según afirman en la Mesa Redonda de la TV cubana).

Si la izquierda y sus acólitos ponen una bomba en un avión de Pan Am, están combatiendo al imperialismo. Pero si un grupo de derecha pone un explosivo en un avión de Cubana de Aviación, entonces ese es un grupo terrorista. No quieren aceptar que ambos lo son.

El destacado líder Fidel Castro es reconocido como el “Patriarca de las Guerrillas”, cosa que avala su larga historia. Su “Marcha de las Antorchas” en 1952  (a lo hitleriano), fue seguida por un rosario de violencia. Comenzó con el asalto al Cuartel Moncada y, superada la prisión, le siguió el desembarco del Granma tras el cual se desató el terrorismo. Sus Grupos de Acción y Sabotaje pusieron decenas de bombas en cines, escuelas y lugares públicos. Mientras, su guerrilla en la Sierra Maestra no se quedó atrás y con el terror conquistaron el poder.

Desde los primeros días de su gobierno, tuvo como prioridad exportar sus métodos de lucha. Así lo confirma un documento clasificado de muy secreto en 1970 y aparecido en la biblioteca de la Prisión Combinado del Este, en el año 2004, por la magia de la desidia de los carceleros. A pesar del tiempo no está desclasificado y en él las palabras de Fidel Castro aseguran: “No hemos abandonado a los movimientos revolucionarios del mundo, estamos preparando a muchos amigos no sólo para el combate guerrillero, sino también para la lucha en las ciudades, con métodos muy novedosos y efectivos”.

Sobran los testigos sobre el entrenamiento de estos “amigos” en la Unidad de Punto Cero ubicada en la costa norte a 3 km de la Playa Guanabo, en el límite de las provincias habaneras. Allí, y en la Unidad de los Petty en la Sierra del Rosario, Pinar del Río, en los años 80; a pesar de las medidas para ocultarles, se vieron blancos europeos, indígenas de Sur América y orientales.

En la misma década, un diplomático cubano acreditado en Damasco por entonces, me contó como trasladaba en su automóvil, armas y explosivos para el grupo Hamas. Me pregunto si ya abandonaron estas prácticas.

Según expertos de Estados Unidos de América, los Servicios de Inteligencia de Cuba tiene en ese territorio más de 200 agentes quienes lucran con la información. ¿Le habrán vendido información también a los talibanes?

Aunque el Comandante en Jefe condenó ante la prensa los hechos del 11 de septiembre de 2001, en Cuba se festejó con motivo de aquel horrendo crimen terrorista. Así lo confirmó públicamente la argentina Eva de Bonafini, quien agregó: “No voy a ser hipócrita, estaba en la Habana y me alegre mucho, hicimos una fiesta, brindamos por nuestros hijos y tantos de los nuestros que perdieron la vida”. ¿No participaron las autoridades del país en esa celebración?

Esta mentalidad contradictoria y torcida es generalizada entre los simpatizantes del régimen. Un militante comunista que visita a una vecina mía, le expresaba recientemente:

“El presidente Obama es tan sinvergüenza como Bush. Aprovechó el terremoto para cogerse Haití y ahora cerró el aeropuerto para que no le llevaran más ayuda a ese pueblo.

− Y continuó diciendo –  Lo último de ese negro es que ha puesto a Cuba en la lista de los países que apoyan el terrorismo. ¡Mira tú, Cuba que da ayuda a tantos países! ¡¡Caramba, y que no aparezca un voluntario que se ponga arriba una buena carga de explosivos para volarlo!!”