Odelín Alfonso Torna

LA HABANA, Cuba, febrero (www.cubanet.org) - Ya entró en vigor el Sistema Único de Compensación Regional (SUCRE), digamos que una variante virtual del chavito (moneda convertible cubana) diseñada por la Alianza Bolivariana para las Américas (ALBA); una transferencia a nivel de red que, por el momento, figura en “deme que yo le doy”, entre los nueve países miembros del consejo bolivariano de “ayuda mutua”. 

Cuba y Venezuela rompieron el hielo el pasado 3 de febrero. La parte cubana desembolsó, cash (no se sabe de dónde vino el monto ni qué moneda convertible desprestigió para la transacción) 108 mil sucres para la compra de 360 toneladas de arroz. 

Todo proyecto chavista o fidelista viste de uniforme completo y siembra conflictos en tierra de nadie. Según las declaraciones del economista cubano Ariel Terrero, en la tele revista matutina del 4 de febrero: “El sucre es un ataque, un enfrentamiento a la economía del dólar”. Dicho de otra forma, otro globo bolivariano que se infla para sacudirse el descrédito político, o malograr relaciones comerciales en busca del equilibrio financiero.  

Por el momento, el trapicheo bolivariano no pasa de granos, cemento asfáltico y artesanía local, ya sea canjeado por oficiales y médicos cubanos, o por unas cuantas toneladas de infusión de coca boliviana. Supongo que no haya para más, ni que todos los integrantes del ALBA tiren los dados sobre este otro chasco, casi seguro provocado por las incapacidades y delirios de Hugo Chávez. 

Todavía se escucha decir, sobre todo a las personas que simulan ser incrédulas, que el sucre, a largo plazo, circulará hacia las economías internas. Inclusive, hay quien se ilusiona con que sea el suplente ideal para nuestra doble moneda. Por razones objetivas no puedo, aunque quisiera, desechar estas ideas. Ariel Terrero hijo de un General cubano, piensa desde arriba, donde se piensa más y mejor: “Podemos esperar que en algún momento se establezca como una moneda física, primero para el intercambio comercial entre países, y mucho más adelante empiece a circular dentro de un país u otro”. 

Se me ocurre que la historia se repite. Como dice el refrán: “Mono ve, mono hace”. Esta especie de simios hace y deshace con lo ajeno lo que les viene en gana. Al ex dictador Fidel Castro, en tiempos en que jugaba al rescate económico de su monopolio, también se le veía inflar globos. Figúrese que los cubanos llevamos cinco años cargando con un gravamen del 20 % sobre el dólar norteamericano,  y todavía los chícharos de la cuota, cuando hay, vienen con gorgojos. 

Deberíamos estar atentos a los precios en nuestro mercado interno, más ahora que la empresa cubana Alimport giró sus recursos hacia un sistema único de compensación regional, peso virtual con un equivalente inicial de 1.25 dólares. El mundo se recupera de la crisis, Cuba las inventa y el ALBA cree sacar su mejor tajada. 

La mayor de las Antillas (también la mayor deudora), entrena en la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI) a los futuros dinamiteros del ciberespacio. De éstos tiene, desde agosto de 2009, un pequeño contingente de alumnos de tercer año en Caracas, Carabobo y otras ciudades venezolanas. Se me ocurre, en lo que el barco cargado de arroz rompe la cinta inaugural en puerto cubano, que se bloquee el sistema binario de compensación regional. 

No hay por qué preocuparse. El gobierno cubano tiene para responder, y no con moneda física. Su “capital humano” también cuenta. Las partes, si sus trances, delirios e intereses son los mismos, se entienden. Lo del sucre es otro globo bolivariano. Por regla, debe desinflarse.