Moisés Leonardo Rodríguez

LA HABANA, Cuba, febrero (www.cubanet.org) - La agencia de prensa CNN en español fue criticada el 2 de febrero en el  Noticiero Nacional de Televisión por no brindar información sobre los médicos cubanos que prestan servicio en un hospital de Haití, e identificar a uno de ellos como español.

El mecanismo según el cual los locos califican a los demás como tales, y los ladrones a todo el mundo como ladrones, es conocido en psicología como “proyección”. Resulta evidente que el gobierno cubano manifestó una proyección psicológica con la transmisión referida.

Desde la catástrofe del 12 de enero en la vecina nación, los medios nacionales se centraron en el desempeño de los cooperantes cubanos y venezolanos, y en el casi total ocultamiento de la ayuda de otros países, y las críticas a los norteamericanos.

Se han mostrado las imágenes y elogiado los rescates realizados por la brigada de especialistas venezolanos, y de los servicios de urgencia médica brindados por cubanos y haitianos que estudian o se han graduado en las escuelas cubanas.

También se ha informado de personas, sobre todo niños y ancianos, que permanecieron por muchos días sepultados y fueron rescatados por brigadas, obviando mencionar los países de origen de las mismas.

Hemos visto por la televisión oficial -la única en nuestro caso- imágenes de soldados norteamericanos, de Naciones Unidas, golpeando a algunos individuos. Lo que no se informó es que hay miles de reos escapados de las cárceles, cuyas estructuras no soportaron el terremoto y que se dedican a delinquir.

No se ha dicho que los delincuentes roban a ciudadanos indefensos en medios del caos las ayudas que reciben, que hasta los niños están siendo robados para luego venderlos como mercancías. ¿Sólo con médicos y enfermeras se puede restablecer el orden, siempre precario en Haití?

El ejercicio del periodismo debe satisfacer muchas demandas. Los errores por omisión o por trastocar datos pueden explicarse aun cuando no se justifiquen. Lo que no tiene justificación, aun cuando se intente explicarlo, es el total abandono de los principios éticos de la prensa oficial cubana; incluidos la veracidad y la imparcialidad de la información.