Tania Díaz Castro 

LA HABANA, Cuba, febrero (www.cubanet.org) - El poeta-profesor y dirigente político-cultural cubano Roberto Fernández Retamar -1930- ha desmentido públicamente la autoría del extenso texto ¿Crisis de valores en Cuba? , que circula en Internet firmado con su nombre y apellidos.

Durante meses el documento ha sido llevado y traído por las calles de La Habana, gracias a ese poderoso y sabio medio informativo de la población: Radio Bemba, con sede en el maltrecho corazón de nuestra urbe, que también alberga a Casa de las Américas, institución que preside el profesor.

En octubre leí el interesante y muy acertado artículo -con cuyos planteamientos estoy completamente de acuerdo, sea quien sea su autor-, y casi en su primera cuartilla no tuve duda alguna de que había sido escrito por Retamar. En 1960 conocí al sargento Retamar -así lo llamó Pablo Neruda en su libro Confieso que he vivido-, cuando aún no se había fundado la Unión de Escritores y Artistas de Cuba -UNEAC-, días antes de su viaje a Europa, enviado por la Comisión Nacional Cubana de la UNESCO, donde yo laboraba.

Retamar era, bien lo recuerdo, un ser algo enigmático para aquellos tiempos: mezcla de burgués y revolucionario con aires de aristócrata, tan elegante, circunspecto y serio que daba la impresión de que sonreír era para él una debilidad de carácter.

Cuando lo leí, no quise escribir sobre el artículo atribuido a Retamar porque no lo consideré necesario. Estaba de acuerdo con él en todo sentido. A consecuencia de la tenebrosa tiranía castrista que ha sufrido, la sociedad cubana no sólo está sumida en una profunda crisis de valores, sino que está enferma. Grave.

El artículo llamó mucho la atención a los periodistas independientes de Cuba. Unos pensaron que era imposible que Retamar hubiera tenido la valentía necesaria para “bajarse del ómnibus andando” -no olvidemos que en una asamblea de la UNEAC su amigo Walterio Carbonell lo acusó de cobarde y oportunista-. Otros, que se trataba de una estrategia de la Seguridad del Estado para ver quién apoyaba el texto.

En la UNEAC -de la cual soy aún miembro fundadora-, la Seguridad del Estado, que es quien verdaderamente la dirige, frecuentemente empleaba el método de pedir a determinadas personas que escribieran sus criterios acerca de temas que interesaban al gobierno, en informes secretos.

Por esta y otras razones no dudé jamás de que le hubieran pedido a Retamar, uno de los intelectuales más sobresalientes y fieles al régimen, un informe de ese tipo.

El 4 de noviembre Retamar envía una notita de apenas cinco líneas al sitio Cañasanta.com, donde dice que el texto que circulaba con su nombre no era de él.

Están circulando unos textos aparentemente firmados por mí que no son de mi autoría. Les ruego que tomen en consideración esta aclaración. Algunos amigos se han dado cuenta de que no he podido escribirlos. Pero son muchos y muchas más quienes no me conocen y pueden caer en el error de tomar dichos textos por auténticos, lo que no son.

Cordialmente,

Roberto Fernández Retamar

No debo terminar sin estas preguntas de rigor: ¿A qué textos se refiere el poeta, que no especifica, él que ha escrito y publicado tantos en tantos años?

¿Fueron en realidad amigos suyos los que se dieron cuenta de que el no habría “podido escribirlos”? ¿Por que demoraron tanto en avisarle al profesor, para que pudiera hacer el desmentido público? Pero sobre todo, me pregunto: ¿Qué mano, amiga o enemiga, extrajo el informe de alguna  gaveta u ordenador y lo subió a en Internet?

Aun más, me pregunto: ¿Será  realmente Retamar quien escribió ese pálido y tardío desmentido?

Creo que en el futuro lo sabremos.