Luis Cino

LA HABANA, Cuba, febrero (www.cubanet.org) - ¿Discriminación racial en Cuba? -se preguntó asombrado en el programa Mesa Redonda Heriberto Ferraudy, presidente de la Comisión Nacional de Lucha contra el Racismo. Probablemente, su asombro fuera más por la mesaredondización del tema que por la persistencia de la mala yerba racista. Ferraudy, aunque aparatchik revolucionario ante todo (ya se sabe, piensan como viven y les orientan “de arriba”), hombre negro al fin, debe haber chocado varias veces con el persistente yerbajo. 

Sin duda es un buen paso adelante que, luego de tantas décadas de ocultar la barredura bajo la alfombra, se haya reconocido públicamente la existencia del racismo en Cuba en el más oficial y oficioso programa de la TV nacional. De todos modos, luego del revuelo que provocó la carta de los intelectuales afro-americanos, la persistencia del racismo, como sucedió con la muerte por frío y hambre de los 26 enfermos de Mazorra, no quedaba más remedio que reconocerla. 

Ojala me equivoque y este sea el primer paso de una larga caminata hacia una sociedad más justa, pero la multidisciplinada comisión que preside Ferraudy me suena a fraude. Si acaso, además de dar mucha muela y llevar a Matanzas al solidario Danny Glover a bailar rumba al Museo de la Ruta del Esclavo (¿vieron al Tío Tom, a Doña Delicias en cuc y al Tally Man Banana por los alrededores?), la Comisión ponga en práctica algo más. 

Sería bueno, para empezar, que prohíban los chistes, no sólo de negros, sino también de orientales y pinareños. Tal vez se den prisa en las escuelas de arte en formar galanes negros para que cuando al fin haya telenovelas nacionales, protagonicen tórridas escenas de amor interracial. Que se esmeren en los afiches y las postales turísticas con el folclore y la santería. Que la letra del año (la de los babalawos de la Asociación Yoruba, no la otra) salga publicada cada primero de enero en la primera página de Granma. Para equilibrar, que reaparezca la revista El Militante Comunista (¡aché para ella!) con aquellos artículos que decían tantas cosas bonitas sobre santeros, paleros, mayomberos y abakuás. 

La Policía Nacional Revolucionaria debe tener especial cuidado con el mantenimiento de la tranquilidad ciudadana. Reprimir con la misma fuerza a los freakies y los emos que a los rastas. Respecto a los “chamacos” que andan sin camisa por la calle, perseguir tanto los tatuajes tribales como los eribangas. Aplicar generosamente la Ley de Peligrosidad Social Pre-delictiva tanto a negros como a blancos.  

En lo que discute si la discriminación racial en Cuba es un problema de carácter cultural o  económico, la Comisión propone revisar la enseñanza de la historia. Hurgar en  la plantación y los barracones a ver cómo llegamos a toda esta confusión.

Puede que a la Comisión le dé por implementar algo así como la acción afirmativa para lograr que en la Asamblea Nacional del Poder Popular, el Buró Político, el Comité Central y los Consejos de Estado y de Ministros, haya un porcentaje de negros similar al de las cárceles. Donde no haya negros, habrá que inventarlos. O lo que es más fácil, llevarlos a la fuerza. Como hacían los rancheadores.