La
muerte del prisionero político Orlando Zapata semanas atrás
está ocasionando serios problemas al régimen dictatorial cubano.
Ahora, un conocido disidente, Guillermo Fariñas, anuncia su
propósito de culminar una huelga de hambre hasta el final
si no le libera a 26 presos de conciencia enfermos. Y ya existe
otro perseguido, el disidente histórico Felix Bonne, que acaba
de advertir de su propósito, si Fariñas muere, de ocupar su
lugar.
En estos días, el régimen de los hermanos Castro está siendo
gravemente cuestionado por la opinión pública internacional.
Incluso, algunos de sus más férreos aliados, sobre todo del
mundo del arte y del espectáculo, empiezan a dar la espalda
a un régimen político en el que la libertad sigue siendo una
quimera. Llama la atención, sin embargo, las facilidades con
las que algunos de estos presos políticos, o las llamadas
Damas de Blanco, conceden entrevistas a la prensa internacional
y denuncian la persecución y la laminación de las libertades
en la isla.
El movimiento de los disidentes y presos políticos en Cuba
está tomado una fuerza y una intensidad especiales, probablemente
porque el régimen comunista ha permitido la muerte de Zapata
ante la consternación mundial. Ahora, sin miedo, los disidentes,
jaleados por esas valientes mujeres que han hecho de la libertad
la causa de su vida, se sienten fuertes y con el apoyo de
una opinión pública internacional que, sorprendentemente,
accede a estas personas según parece sin demasiados problemas
por parte de las autoridades políticas.
Si el movimiento político de los disidentes y los presos
políticos o de conciencia continua y toma nuevos derroteros,
habrá que ver hasta qué punto el régimen se cierra sobre sí
mismo y declara silencio informativo con el fin de liquidar
a los adversarios políticos. Si, por el contrario, el gobierno
de la isla continua tolerando que estos colectivos, con las
Damas de Blanco en la vanguardia, sigan asumiendo protagonismo
en la escena nacional e internacional, es probable que empecemos
a entrar en el ocaso del comunismo cubano. ¿O no?.
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