Raúl Castro tilda de "chantaje" extranjero las huelgas de hambre de opositores

El presidente cubano, Raúl Castro, se mantuvo intransigente el domingo ante las huelgas de hambre de opositores, que consideró "un chantaje" de EEUU y Europa, moderando las expectativas de cambios urgentes recientemente pedidos por intelectuales y religiosos.

"No cederemos jamás al chantaje, de ningún país o conjunto de naciones por poderosas que sean, pase lo que pase" dijo Castro, de 78 años, al clausurar el IX Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC).

En su primera referencia pública a las críticas internacionales por la muerte del preso político huelguista Orlando Zapata y la sostenida protesta de hambre y sed del periodista y psicólogo Guillermo Fariñas, el jefe de Estado acusó a Washington y a Europa de desencadenar una "descomunal campaña de descrédito" contra Cuba, "enarbolando hipócritamente las banderas de los derechos humanos".

Opinó que se ha "manipulado con cinismo y desfachatez", la muerte de Zapata, un albañil negro de 42 años que falleció tras una huelga de hambre de más de dos meses en reclamo de mejoras carcelarias.

Señaló que estando preso por 14 causas comunes, devino disidente "por obra y gracia de la mentira repetida" incitado por "los mismos que hoy estimulan a otro individuo (Fariñas) a continuar en actitud similar de chantaje inaceptable".

Fariñas, de 48 años, en huelga de hambre y sed desde el 24 de febrero en reclamo de la excarcelación de 26 presos políticos enfermos, "cumplió sanción por delitos comunes" y "se está haciendo lo posible por salvarle la vida, pero si no modifica su actitud autodestructiva, será responsable, junto a sus patrocinadores, del desenlace que tampoco deseamos", dijo Castro.

Acusó a la "gran prensa occidental" de atacar a Cuba y de un "implacable terror mediático contra los líderes políticos, intelectuales, artistas y otras personalidades" que se han pronunciado a favor de la isla. "No nos quitan por tanto el sueño las actuales escaramuzas de la ofensiva de la reacción internacional, coordinada como siempre por quienes no se resignan a comprender que este país jamás será doblegado", señaló.

El discurso del presidente cubano, quien anunció cambios estructurales y de concepto al sustituir a su hermano Fidel en la presidencia en 2006, cierra una semana donde intelectuales como el trovador Silvio Rodríguez, líderes evangélicos y otras personalidades han solicitado esas modificaciones con urgencia.

"No ignoro que algunos compañeros a veces se desesperan, deseando cambios inmediatos en múltiples esferas (...) inquietudes que por lo general se originan en el desconocimiento de la magnitud de la tarea que tenemos por delante", dijo Raúl Castro.

Esos cambios son "el mayor y más importante desafío que tenemos para asegurar la continuidad de la obra construida en estos 50 años", recalcó al solicitar paciencia. "Los que piden avanzar más rápido, deben tener en cuenta el rosario de asuntos que estamos estudiando" y "debemos evitar que por apresuramiento o improvisación, tratando de solucionar un problema, causemos otro mayor", dijo.

Añadió que esa es "la única razón por la cual decidimos posponer unos meses más la celebración del Congreso del Partido y la Conferencia Nacional que lo precederá". El VI Congreso del PCC, que debe trazar los lineamientos generales del país para cuando la generación histórica abandone el poder por razones biológicas, debió celebrarse en 2002, y desde entonces ha sido pospuesto varias veces.


 

TOMADO DE AGENCIAS DE NOTICIAS



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