El Gobierno argentino repudia las agresiones verbales a la cubana Hilda Molina

El Gobierno argentino repudió hoy las agresiones verbales que el pasado viernes obligaron a la médica disidente cubana Hilda Molina a suspender la presentación de su autobiografía "Mi verdad" en la Feria del Libro de Buenos Aires.

La neurocirujana, por su parte, responsabilizó por esos hechos a funcionarios de la embajada de Cuba en Buenos Aires.

"No estamos de acuerdo con ningún tipo de manifestación que impida la palabra a otro. A nosotros nos costó mucho la recuperación de la democracia", aseguró el ministro de Educación, Alberto Sileoni, en declaraciones radiales.

"En democracia las cuestiones se deben acordar hablando. Si hay disenso, hay que quedarse a escuchar las discrepancias y después plantearlas", apuntó.

Sileoni hizo referencia al caso de Hilda Molina y al de un periodista argentino que este domingo vivió una situación similar al presentar un libro que cuestiona al organismo oficial de estadísticas, cuya fiabilidad está bajo sospecha desde hace tres años.

El último viernes, la neurocirujana cubana expuso detalles de su autobiografía durante media hora, hasta la irrupción de militantes del Movimiento Argentino de Solidaridad con Cuba y estudiantes de la Universidad de Buenos Aires, que comenzaron a insultarla y a gritar consignas.

"Así son los mitin de repudio a los que piensan diferente en Cuba: pegan, gritan, insultan", exclamó la médica antes de retirarse con sus acompañantes y una custodia policial por una puerta lateral del recinto donde presentaba su libro, sin que el incidente pasara a mayores.

Hoy, en declaraciones al canal de televisión C5N, Molina responsabilizó por esos hechos a funcionarios de la embajada cubana en Buenos Aires.

"En un momento (de la presentación) vi a los funcionarios de la embajada y le dije a la gente de la editorial: 'seguro habrá problemas'", comentó.

Molina, de 66 años, relata en "Mi verdad" cómo llegó al desencanto con la revolución encabezada en 1959 por Fidel Castro y menciona su peculiar relación con el ex presidente cubano.

Al cabo de quince años de gestiones, la médica fue autorizada a salir de Cuba en 2009, un año después de que el Gobierno de La Habana permitiera que su madre, de 90 años, viajara a Buenos Aires.

Molina se ha concentrado en cuidar de su madre y reconoce que su sueño es regresar a Cuba para volver a ejercer su profesión.

 

TOMADO DE AGENCIAS INFORMATIVAS



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