Reinaldo Cosano Alén, Sindical Press
LA HABANA, Cuba, abril (www.cubanet.org) - Los dardos que el periodista Hugo Rius, del diario Juventud Rebelde, lanza contra Michelle Obama, esposa del Presidente de los Estados Unidos, son injustificados.
''La señora Michelle Obama presentó a todo trapo y mucha publicidad un plan para combatir la obesidad infantil''.
¿Trapo? ¿Mucha publicidad? Señor Rius, sea respetuoso. Modere su lenguaje tratándose de una dama, con mucha más razón si es la Primera Dama de los Estados Unidos, empeñada en tan noble causa, que como usted reconoce:
''Médicos en todos los países, ricos y pobres, donde esa plaga de disparatadas costumbres se ha entronizado de la mano del comercio especulativo de comida chatarra, no cesan de emitir gritos de alarma. Un alto funcionario de Secretaría de Salud estadounidense declaró que la obesidad es actualmente el más grave problema de salud pública, porque mata tantos ciudadanos como el cáncer, el sida y los accidentes juntos''.
¿A qué viene atacar, en vez de felicitar, a la señora Obama? Vieja maña. Parece que todo lo que proviene de los Estados Unidos, incluso la encomiable labor educativa nutricional de la Primera Dama, merece rechazo. El periodista parece desconocer que la primera causa de muerte en Cuba son los eventos cardiovasculares, que tienen como principales factores desencadenantes la inadecuada alimentación, el estrés y, en tercer lugar, la herencia.
La doctora Carmen Porrata, médica especialista en nutrición, aseguró el 28 de noviembre de 2009, en el programa Pasaje a lo desconocido: ''El 50 por ciento de la población cubana padece algún tipo de obesidad''.
Entre otras recomendaciones, además de llevar vida saludable, acompañada de ejercicios físicos para combatir el sedentarismo, dijo: ''Somos lo que comemos. Hay que evitar el sobrepeso. Preocupa mucho la obesidad en los niños. Se debe combinar frijoles y carnes; los niños deben tomar más leche y consumir otros productos lácteos. Disminuir los alimentos a base de carne de cerdo, sustituyéndolos por vegetales, frutas y cereales''. Porrata sueña o divaga, conociendo la escasez de alimentos que padecemos.
Rius embiste otra vez: ''Las pautas del mercado capitalista pueden conseguir que naufrague el plan de la Primera Dama''.
La II Encuesta Nacional sobre Factores de Riesgos para Enfermedades no Trasmisibles, patrocinada por el Instituto Nacional de Nutrición e Higiene de los Alimentos de Cuba, en 2001, concluyó: “El 43 por ciento de la población cubana padece de sobrepeso, y la décima parte de obesidad. Lo más preocupante es que casi el 13 por ciento de los obesos no rebasa los 15 años''.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) calificó la obesidad como enfermedad, y por lo extendido en todos los países, etnias, sexos y edades, le otorgó la categoría de pandemia. Y comprobó que el tejido adiposo, más que almacenar grasa, resulta un órgano endocrino productor de sustancias beneficiosas o perjudiciales para la regulación y funcionamiento corporal. Si de gordos se trata, ¿por qué no volver los ojos a lo que sucede en casa, antes de criticar a los norteamericanos? |
