Salvador Inclán
PENNSYLVANIA, Estados Unidos, abril, www.cubanet.org -En la tercera y al parecer última carta del intelectual Carlos Alberto Montaner al cantautor Silvio Rodríguez, el primero hace referencia a un comentario del profesor Emilio Ichikawa sobre la imposibilidad de acuerdos entre ambos puesto que “Montaner no canta y Silvio no piensa”. Montaner, amablemente admite su incapacidad para cantar pero reconoce en Silvio la facultad de pensar.
Yo pienso que el acto becerril de absoluta sumisión a un déspota lleva consigo, entre otras indignidades, la anulación consciente del propio pensamiento. Silvio en fecha no precisa pero muy lejana sin dudas, dejó de pensar por sí mismo y se convirtió en el muñeco inanimado de boca desmesurada sentado a las piernas del ventrílocuo.
En el breve intercambio con Montaner, Silvio, de cantautor con ínfulas independiente pasó a ser el experto taquígrafo que es para tomar con precisión el dictado del amo; quizás bajo amenaza o contemplando la posibilidad real de perder la cómoda y blanda posición que eligió.
El profesor Ichikawa en esta ocasión me parece que tiene toda la razón.
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