Aleaga Pesant

LA HABANA, Cuba, enero (www.cubanet.org) - Con el apuro propio de la improvisación  “revolucionaria”, la monarquía de los Castro invitó a sus súbditos más fieles en el exterior a una reunión, para tratar temas de interés de la corona.  Según el anuncio, entre los días 27 y 29 de enero serán recibidos por funcionarios del régimen. 

Ellos sugerirán discutir sobre el “bloqueo”, los espías castristas presos en los Estados Unidos y sobre lo que hacen para reforzar los intereses del régimen.

Para evitar ruidos incómodos durante el encuentro, la policía política hizo una lista de 800 invitados. Se sirvió de los informes de lealtad elaborados por los cónsules cubanos en 42 países. La tarea le fue encargada a principios del 2009 al ahora Embajador en Brasil, ex Jefe de la Dirección de Asuntos Consulares de la Cancillería, y oficial de la Dirección General de Inteligencia, Carlos Zamora.

Utilizar a la diáspora cubana en función de los intereses del gobierno tiene el precedente más importante en la visita que en 1977 hicieron un grupo de 77 emigrados.  Esos encuentros tomaron otro cariz durante el periodo especial, con la reunión Nación y Emigración, por la debilidad del Estado. 

El último de estos encuentros fue en marzo de 2008.  En el se coartó cualquier posibilidad de diálogo soberano y responsable entre las partes.

Otros especialistas ven la consumación de la experiencia china. Una ingeniería, base de la relación entre la diáspora china y el Estado chino, por sus facilidades y otros modos de entender esa relación. Pero esta opinión se enfrenta a la práctica discriminatoria de La Habana con fuerzas vivas del exilio cubano y su pujanza económica. Mientras, Beijing aprovecha al máximo la capacidad económica de sus emigrados.

Además, el gobierno se vale del momento para comprometer políticamente a los reunidos, sobre todo a través de los documentos finales de las reuniones, abyectos y sumisos ante el régimen. También se filman los gestos políticos comprometedores, como cuando la abogada Magda Montiel besaba a Fidel Castro y arrobada le decía “Tu eres mi maestro”. Estos guiños son grabados por el gobierno para chantajear y comprometerlos de regreso a sus comunidades.

Para algunos observadores, los temas atractivos de la cita debieran ser la imposibilidad de viajar de los cubanos, la discusión del permiso de entrada, los abusos y extorsión de que son victimas los emigrados al regresar al país, tanto por la Aduana como por los funcionarios individualmente. Además, el precio de los pasajes de regreso a la isla y del pasaporte cubano, la existencia de una lista de emigrados que no pueden regresar por tener un compromiso con la libertad y los derechos humanos.
 
Dagoberto Rodríguez, vice canciller, al anunciar la reunión se esforzó por aclarar que el gobierno no ve problemas en sus relaciones con los exiliados, a pesar de las visas que necesitan millón y medio de cubanos para visitar su país. Ciudadanos convertidos en súbditos de una dictadura a punto de concluir.