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Días raros y tristes

Laritza Diversent

LA HABANA, Cuba, enero, www.cubanet.org - Cosas raras y tristes suceden en este año. Olas de frío, sismos y amenazas de tsunamis y, con ellas, la pérdida de vidas humanas. Nosotros seguimos igual, ajenos a todo, como si no fuéramos parte de este mundo. Por lo menos, es como se siente uno después de leer el diario Granma.

Las catástrofes ocurren lejos y los muertos son de otra parte. El peligro parecería inminente, pero todo está bajo control. El frío carcome los huesos de los cubanos, pero no hay de qué preocuparse. Esa es la postura oficial; no puede crearse el pánico.

El frío es una calamidad en China o España, pero en  Cuba, que en pobreza le sigue a Haití, no pasa nada. Rubiera, el meteorólogo más famoso de la isla, insiste en que mantengamos  la calma. Sin embargo, los babalaos pronosticaron para este año, catástrofes naturales debido al cambio climático y los cubanos confían más en las predicciones de estos religiosos, que en las de los medios de comunicación oficial.

El problema no son las temperaturas cercanas a cero grado, sino nuestros cuerpos mal alimentados y peor vestidos, para esa condiciones climáticas. Mucho más cuando la ‘crisis financiera internacional’ ha dejado sin materia prima con que hacer el pan nuestro de cada día a las panaderías estatales.

Me pregunto qué pasará con los indigentes y borrachos que duermen en los portales de La Habana Vieja y el Vedado. Los cajeros automáticos no son suficientes para darles abrigo a todos. Ya sé que hay desamparados en cualquier parte del mundo, incluso en países desarrollados, pero en Cuba la “gloriosa” Revolución no reconoce su existencia.

Aquí, se supone que todos somos felices porque gracias a la “madre Revolución” tenemos garantizados techo, abrigo y comida.

A pesar de la calma que intenta trasmitir el gobierno, la población está a la expectativa. Radio Bemba y Tele Chisme se han apoderado de las calles. No ha nevado, pero las avalanchas de comentarios ruedan por las vías, mientras miles de cubanos, bajo el intenso frío hacen colas de varias horas para comprar pan.

Noticia (o rumor) de último minuto: “El hospital psiquiátrico de La Habana, Mazorra, pidió auxilio al Hospital Julio Trigo, debido a la cantidad de decesos que ocurrieron allí en la madrugada del lunes 11 de enero.”

Algunos cuentan que las muertes fueron producto de negligencia y que los enfermeros bañaban a sus enfermos con agua fría. Unos dicen que murieron 8 personas, otros que  21. La última cifra que escuche fue 28. En cuanto a la edad de los fallecidos tampoco hay acuerdos. Unos dicen que eran viejitos y otros, que también había jóvenes.

Parece ser que la cosa llegó a oídos de la máxima dirección del país. Dicen que el Consejo de Estado se metió allí, y que están pidiendo la cabeza de alguien; alegan además, que se espera la visita de Raúl a Mazorra.

Dudo que algún día sepamos si son falsos o ciertos esos comentarios. El gobierno no afirma ni niega nada, nos informa sólo sobre las calamidades que ocurren fuera de Cuba. Nosotros ya estamos acostumbrados,  y pensamos que “el que calla otorga”.

Es así como se vive en Cuba, en estos días raros y tristes. Mientras unos pocos tratan de hacernos creer que estamos a salvo de los males que azotan a la humanidad,  la mayoría está absorta en resolver sus múltiples problemas cotidianos. No interiorizamos que somos parte de este mundo y que, además de los muchos problemas únicos que ya tenemos, corremos la misma suerte que el resto de los mortales de la tierra.




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