Reinaldo Cosano Alén, Sindical Press

LA HABANA, Cuba, enero (www.cubanet.org) - El poeta mártir Gabriel de la Concepción Valdés, Plácido (La Habana,1809, Matanzas,1844), fue de muchas maneras un desafortunado. Aun lo es, en el bicentenario de su natalicio.

En la ciudad de Matanzas, donde desarrolló parte importante de su tormentosa y corta vida, el monumento que lo recuerda, en el barrio Versalles, es objeto de depredadores, quienes hurtan la placa de bronce con los indispensables datos biográficos del matancero.

''La placa no se ajusta a las características del monumento, y se precisa modificar una o el otro para dar seguridad a la pieza, toda vez que cierto inescrupuloso grupo de sujetos se ha dedicado con sistematicidad a robarlas, saqueando vilmente el patrimonio'', expone Ercilio Vento, historiador de Matanzas.

Los trajines laborales y literarios de Gabriel de la Concepción Valdés en La Habana, Matanzas, Santa Clara, Sagua la Grande, Remedios y Cienfuegos levantaron las sospechas de las autoridades las coloniales, y el 30 de enero de 1844 lo detuvieron bajo la acusación de ser uno de los jefes de la Conspiración de la Escalera, que 159 años después hace recordar la Primavera Negra de 2003, cuando setenta y cinco disidentes pacíficos, entre ellos periodistas y bibliotecarios independientes, fueron juzgados y sancionados hasta 27 años de prisión.

La Conspiración de la Escalera, así llamada porque los detenidos eran atados a escaleras y mediante suplicio se obtenían las confesiones, es negada por algunos historiadores.

Fue un proceso amañado, sin garantías judiciales contra reales o supuestos conspiradores abolicionistas, negros y mestizos, como Plácido y algunos intelectuales blancos.

El joven poeta Gabriel de la Concepción Valdés, ejecutado el 28 de junio de 1844 en Matanzas, aguarda por su placa de identidad.