Leonel Alberto Pérez Belette

LA HABANA, Cuba, enero (www.cubanet.org) - Los empleados de TRASVAL, corporación de tiendas minoristas recaudadoras de divisas adjuntas al Ministerio del Interior, recibieron un triste regalo por el fin de año. Santa se les apareció, pero vestido de Teniente Coronel.

A los empleados de TRASVAL les comunicaron que su entidad ha pasado a ser parte de TRD (Tiendas de Recaudación de Divisas), una empresa perteneciente a las Fuerzas Armadas Revolucionarias. El cambio implica que estos dependientes de tienda se conviertan automáticamente en trabajadores civiles de las FAR, por lo que han tenido que firmar un documento comprometiéndose a acatar una serie de restricciones que se aplican a los militares cubanos; entre las que se encuentra la prohibición de abandonar voluntariamente el territorio nacional.

El paquete de ajustes incluyó la disminución del sueldo entre un 20 y un 40 por ciento y la suspensión de los pagos de estímulos en divisas. Además, ya no recibirán más lo que popularmente denominan “la jaba”; un suplemento de productos de aseo personal y de primera necesidad.

El descontento es generalizado entre los empleados, pero no tienen más remedio que aceptar la imposición, pues la otra opción es renunciar a sus puestos. “En la calle no hay muchas opciones de trabajo actualmente y la situación económica es crítica; al menos aquí sobrevivimos con las propinas que nos dejan los clientes”; dijo un trabajador que pidió no ser identificado.  

El complejo de tiendas TRASVAL había pasado a la administración del Ministerio del Interior con  el supuesto objetivo de bajar los precios de los productos que se venden en divisas, haciéndolos más asequibles. El pueblo terminó llamando burlonamente “los museos” a las tiendas, debido a que los precios eran altísimos y la vigilancia excesiva. Algunos populares humoristas decían que TRASVAL eran los únicos lugares del mundo donde una escoba tenía más custodios que la Mona Lisa.

A pesar de todo lo anterior, TRASVAL, bajo la administración del Ministerio del Interior, significó una oportunidad para el limitado sector de los trabajadores por cuenta propia. Únicamente en ellas se podían comprar herramientas para determinados oficios; desde taladros industriales, hasta compresores de aires, plantas eléctricas, sierras de mesa, o podadoras profesionales. Hoy, bajo la administración del MINFAR, los anaqueles están prácticamente vacíos.

Las autoridades continúan evidenciando su intención de centralizar y militarizar la economía. Por otro lado, Raúl Castro parece no confiar en sus propios hombres; pues el grupo de ejecutivos a cargo de la empresa estaba compuesto por oficiales de alta graduación del MININT.

El gobierno ha anunciado que para este año las medidas restrictivas se recrudecerán, supuestamente con el objetivo de revitalizar la economía de la Isla.