El verano que nos espera
Tania Díaz Castro
LA HABANA, Cuba, mayo (www.cubanet.org) - Los cubanos que aún vivimos bajo el castrismo ignoramos si, de repente, en el próximo verano tendremos que taparnos esa respiración espasmódica, más conocida como estornudo, porque el virus A-HI-N1- puede azotarnos en esos meses calurosos tan propicios para la proliferación de microorganismos.
En primer lugar, habría que ver con qué nos cubrimos la boca, porque ni pañuelos se venden en las tiendas recaudadoras de divisas, y cuando aparecen no están al alcance de los bolsillos de una población tan pobre como la cubana.
El verano que nos espera no creo que sea nada bueno. Seguimos con una libreta de racionamiento de alimentos que apenas distribuye lo necesario para sobrevivir; con los derrumbes, incendios y la amenaza de posibles apagones que, según la Empresa Eléctrica, si ocurren en estos momentos, se debe a acciones de mantenimientos programados y, sobre todo, con una deuda externa que se elevó en 2008 a 31 mil 700 millones de dólares.
En Santa Fe, pueblo costero al oeste de La Habana donde vivo, el fluido eléctrico se interrumpe ya varias veces al día. A esto yo lo llamaría apagones intermitentes. Ojalá la Agencia Reuters se haya equivocado al anunciar el regreso de los apagones, dejándose llevar por su buen conocimiento del país y por los reiterados artículos de la prensa oficialista que levantaron los pelos a todos.
Porque, señores, si en el primer cuatrimestre del año el país tuvo un sobre consumo no planificado de 40 mil toneladas de combustible en la generación de energía eléctrica, ¿cómo será en el próximo verano, que ya está aquí?
¿Es que acaso debemos aceptar que la tan publicitada y celebrada “revolución energética” del ex comandante también será otro fracaso?
De todas formas, como dije antes, todo parece indicar que el verano que nos espera no será nada fácil. Además, si antes, cuando éramos un satélite de la desmoronada URSS, dependíamos de su ayuda para sobrevivir, hoy nos ocurre igual, pero con Venezuela, y según se dice por estos días, esa nación tiene ya serios problemas con la drástica disminución de sus ingresos por la venta de petróleo, en comparación con el año pasado.
Que Dios nos coja confesados. Los titulares de la prensa oficialista no pueden ser más terroríficos: Ahorro urgente, Medidas de ahorro de electricidad en todo el país, Necesitamos aterrizar ante la crisis, De derroches y apagones, Sobre consumo de 40 000 toneladas de combustible, El imperativo es ahorrar… Y así, hasta que la Agencia Reuters vaticinó -no es para menos- que pronto los apagones volverán a ser parte de nuestra cotidianeidad.
Ojala que se trate sólo de averías o tareas de mantenimiento. Cuando de pronto se me apaga el refrigerador o las aspas del ventilador dejan de dar vueltas, regresa a mi mente aquel sufrimiento que padecimos los cubanos por horas y horas durante largos años, como resultado de uno de los más tenebrosos, turbios y fracasados regímenes comunistas.
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