Cuba: refugio de terroristas

Lázaro Tirador Blanco 

MIAMI, Florida, mayo, (www.cubanet.org) -El régimen de Castro ha hablado durante los últimos 50 años, sobre la influencia que tenía el gobierno de EE.UU. en la política y la toma de decisiones en Cuba antes de 1959, tildando a los gobiernos anteriores a la revolución de “satélites y títeres”. Es indudable que la interrelación entre ambos países estaba dada por su cercanía geográfica, sus amplias relaciones comerciales y su coincidencia política y militar en el ámbito regional y global; pero los ideólogos del castrocomunismo debían alejar lo más posible a las grandes masas en Cuba de la  más remota posibilidad de concebir acercamientos y cambios en las relaciones entre ambos países, pese a sus sistemas políticos diferentes. 

Es indudable que el embargo fue el pretexto ideal para calificar a todo lo que olía a norteamericano como una abominación y a todo el que  manifestara alguna preferencia o admiración por el norte como traidor, contrarrevolucionario o “gusano”. 

La llamada agresión por Playa Girón (Bahía de Cochinos), protagonizada en su totalidad por cubanos exiliados e incluso algunos disidentes del propio castrismo, que realmente no tenía potencial militar suficiente para derribar al régimen y cuya planificación militar fue absurda e improvisada, sirvió para consolidar la popularidad de Castro en Cuba y parte del mundo y como pretexto para que el gobierno cubano buscara en otros países la ayuda logística y el equipamiento militar para preparar sus tropas para enfrentar posibles futuros ataques y para el cumplimiento de los sueños imperiales. 

La verdad histórica es que en lo adelante, las incursiones militares contra Cuba no tuvieron nada de militares y casi nunca fueron dirigidas contra los militares de Castro y sí contra cubanos simples, la mayor parte de las veces inocentes. Esto hizo reforzar la aprobación popular de las posteriores decisiones del régimen de pactar con el bloque comunista encabezado por la entonces Unión Soviética. 

Lo anterior es el comienzo de una historia que ha tenido dos ingredientes principales, que aún hoy forman parte de la leyenda del régimen: un antimperialismo yanqui que ha rayado en un antiamericanismo enfermizo, que se ha tratado de enseñar al pueblo cubano y que aún muchos  en Cuba creen a pies juntillas, y un internacionalismo que ha escondido en su propaganda goebelista la injerencia militar cubana en muchos países que tenían conflictos internos o regionales fuera del entorno, la incumbencia y la  influencia cubana.  

La necesidad de la URSS de extender los conflictos armados a varios continentes, sobre todo a la América Latina y África dio como resultados las guerras que ya conocemos en varios países africanos y latinoamericanos. La situación política que hoy tienen países como Sudáfrica, Argelia, Nicaragua, El Salvador o Guatemala por ejemplo, es el resultado de los acuerdos internos de los factores nacionales y de procesos de reconciliación nacional, una vez que la influencia cubano-soviética terminó al desaparecer el bloque comunista. 

Todo este proceso permitió que, bajo las banderas del internacionalismo proletario como divisa, Cuba se convirtiera en centro de adiestramiento político y militar de líderes y militares de países como Nicaragua, Guatemala, El Salvador, Venezuela, Colombia y otros muchos, y también en el abastecedor de logística y propaganda para las llamadas guerrillas. Militantes del FSLN, FMLN, de las FARC, la URNG y otros fueron entrenados en Cuba para extender el comunismo por América Latina. También hay evidencias del adiestramiento de militantes de ETA en territorio cubano. Esto ha convertido a nuestro país, sin autorización de sus ciudadanos, en refugio de terroristas, que aún hoy lo visitan y reciben ayudan de su gobierno y la simpatía y el reconocimiento de sus líderes. 

El reciente Informe sobre terrorismo por países 2008, del Departamento de Estado de los EE.UU. señala a Cuba como uno de los cuatro países considerados como refugio de terroristas, junto a Sudán, Irán y Siria. Esto significa que pese al cambio de presidente en Cuba, a la supuesta disposición de Raúl Castro de mejorar la situación política interna cubana y de llegar a entendimientos con el gobierno norteamericano, la cosa sigue igual. O como dicen en mi pueblo: perro huevero…aunque le quemen el hocico”. 

América Latina está siendo testigo de movimientos políticos con tintes socialistas que, camuflados de nacionalismo y por causa del abandono a que han sido sometidas las clases más pobres por lo gobiernos tradicionales, han ido alcanzando el poder. Tales son los casos de Nicaragua, Bolivia, Ecuador y ahora de El Salvador. Los recientes coqueteos de Guatemala con Cuba y Venezuela lo sitúan en la categoría de aspirantes al ingreso en la Alternativa Bolivariana para las Américas y como posibles acólitos de Chávez. 

Creo que ya dije que el fortalecimiento militar de Rusia y la consolidación total del control de Venezuela y sus instituciones por parte de Hugo Chávez, quien hoy persigue a sus opositores con saña y venganza, así como sus intimas y crecientes relaciones con China, Irán y Corea del Norte, están gestando en América Latina las condiciones para levantar una especie de pacto tal, que dejaría enano al llamado imperialismo yanqui y cuyas consecuencias para nuestros países y el resto del mundo serían realmente imprevisibles y nefastas. 

Hay situaciones en la Historia de la Humanidad que se han convertido en hitos hacia el camino de su destrucción y que, sólo poco tiempo antes de que sucedieran parecían pura ciencia ficción, pero hoy son parte de la historia pasada, aunque muchas de sus cargas están aún presentes en la actualidad. Dios quiera que éstas de las que hoy hablamos sean meras especulaciones. 

La Secretaria de Estado Hillary Clinton calificó con visión clara parte de esta situación de la siguiente manera: “…los progresos, particularmente en América Latina, que Irán y China están haciendo, son algo bastante inquietante.” 

El referente de Hugo Chávez continúa siendo los Castro y el compañero principal en sus andanzas organizadoras del nuevo imperio bolivariano (con perdón de Bolívar), es el régimen de Cuba. Y ese es un “privilegio” que realmente denigra al pueblo cubano.

 
Dios quiera que el entendimiento de todos los que pueden luchar contra lo que se avecina sea abierto y haya tiempo de evitar lo que sería la mayor catástrofe de la historia de nuestro continente y también afectaría al resto del mundo.