Mírense en nuestro espejo

Laritza Diversent

LA HABANA, Cuba, junio (www.cubanet.org) - La política internacional se convierte en algo mezquino. Principalmente la que se desarrolla en el continente americano. Presidentes que hacen huelga de hambre para que el órgano legislativo apruebe sus políticas. Estados que en solidaridad con sus socios hemisféricos, rompen relaciones con otro país.  

Escenas deprimentes, sólo comparables con actuaciones de payasos patéticos. La profesionalidad y la diplomacia brillan por su ausencia. Incluso, se ha llegado al punto de que altos mandatarios ofendan pública y soezmente a sus contrarios. La mediación es un recurso inútil para ellos.  

No exagero cuando digo que me recuerdan a un grupo de delincuentes, que toman para sí los problemas personales de cualquiera de los miembros de su banda. Es una lástima que en toda esa cochambre siga metido el gobierno cubano. Ese es el tipo de relaciones que encanta a nuestros dirigentes. Para ellos, eso es integración.  

Integración es también el nuevo lema del bloque izquierdista latinoamericano. El camino, que según el canciller Bruno Rodríguez, sigue Cuba. Pero integración y respeto a la democracia, no son sinónimos. Por ese simple motivo no puede Cuba regresar a la Organización de Estados Americanos.

En las reuniones de los organismos internacionales, Países No Alineados o Alternativa Bolivariana para las Américas, se habla de un nuevo orden mundial, pero nunca del respeto a la libertad de expresión y los derechos humanos. Cuando se habla de esos temas, Cuba tiene que esconder la cabeza entre las piernas.

El gobierno de la Isla se integra, sí, pero sólo con aquellos países que alaben su sistema  y hagan caso omiso de la falta de libertades dentro del país. No importa si tiene que hacer ciertos favores a estos amigos: entrenamientos militares, mandarles unos cuantos médicos y maestros, etc.  En fin, mano de obra barata. Eso, al gobierno socialista, “el más solidario del planeta”, no le cuesta nada. Recursos humanos tiene. Los cubanos estamos dispuestos a cualquier cosa con tal de salir de esta hermosa isla, convertida en prisión.  
Es una lástima que la hipocresía y la mentira inunden el escenario regional. Es una falta de respeto hacia este pueblo, que se ignore y silencie la situación de los derechos fundamentales en Cuba. Ante estos hechos parecen estar enajenados los latinoamericanos.  

Parece que no basta nuestra realidad. Que no se diga que fue por falta de consejo. Envío un mensaje a los que no entienden y critican a los cubanos cuando dicen que no sabemos lo que queremos y lo que tenemos.

Para los gobernados que aceptan las descabelladas políticas de sus mandatarios que idolatran y siguen los pasos del Fidel Castro, por haberse mantenido en el poder por casi medio siglo y perpetuar un decrépito régimen a costa del sudor de este pueblo. Dígase venezolanos, nicaragüenses y bolivianos. ¡Mírense en nuestro espejo! 

Hoy somos nosotros, mañana serán ustedes los que tengan que pedir permiso para entrar y salir de su propio país, incluso pagar por ello. Los que tendrán vigente una ley que prohíba expresamente la libertad. Los reprimidos, los silenciados, huyendo en masa del socialismo del siglo XXI.

laritzadiversent@yahoo.es