El fantasma de la bancarrota recorre La Habana

Jorge Cruz Inclán 

BARCELONA, España, junio, (www.cubanet.org) -Sorprende la velocidad de deterioro de la situación económica de Cuba que nos informan desde La Habana. La falta de liquidez actual del gobierno de Raúl Castro comenzó hace meses y aunque ahora hace crisis, es un fenómeno que se arrastra desde comienzos de año. Estamos ante una combinación de factores que se entrelazan de forma demoledora. La causa básica la encontramos en la disminución de la producción nacional de petróleo y asociado a este factor el no poder reexportar parte del petróleo venezolano, las medidas de control a la moneda y la desdolarización han provocado la disminución de divisas en banco para garantizar la liquidez monetaria en el sector exterior, y los pagos del servicio a la deuda externa para poder acceder a nuevos créditos. A estos factores se suma la disminución drástica de los flujos de divisa fresca de la inversión extranjera al cambiar Cuba muchas licencias entre 2003 y 2006 y frenar muchas de las nuevas propuestas. A estos elementos económicos se le suma que los movimientos en la cúpula como la destitución del  vicepresidente del Consejo de Estado Carlos Lage, del Ministro de Relaciones Exteriores Felipe Pérez Roque y del Ministro de Economía José Luís Rodríguez produce falta de confianza en los interlocutores internacionales e inversores. En las manos de estos ex altos cargos del régimen, estaban la aprobación inminente de varios proyectos económicos importantes y la renegociación de la deuda con varios países, entre ellos España. 

El petróleo: Las relaciones de Cuba con sus socios siempre ha propiciado que parte de las ayudas sean reexportadas para disponer de una liquidez extra. La disminución de la producción nacional de petróleo totaliza al cierre de 2007 más de 40 Millones de barriles de petróleo de déficit en comparación a la producción real de 2003. Aun a 50 US$/barril estamos hablando de más de 2000 Millones de dólares que no han entrado al país. El estado ha tenido que emplear todo el petróleo venezolano sin posibilidad de reexportar este parcialmente. 

Desdolarización y control bancario: Cuando en 2005 se sacó el dólar de la circulación interna, el estado ganó mucha liquidez. Todos los dólares que circulaban dentro de Cuba, tanto de cubanos como de extranjeros pasaron a manos del Banco Central. Esta medida aumentó la masa de efectivo a disposición el banco y contrarrestó los primeros signos de disminución de la inversión extranjera. Posteriores medidas provocaron que los dueños de divisas no la depositaran en los bancos cubanos: primero en octubre 2006 se prohíbe a los cubanos hacer transferencias al extranjero desde las empresas mixtas o privadas, a finales 2008 se  limita la extracción de efectivo y se congelan los depósitos en divisas. La consecuencia de la eliminación del dólar en el mercado interno comienza a verse ahora, pasados poco más de dos años de su aplicación. El estado ha gastado las divisas, y ahora cuenta con exceso de pesos CUC y muy pocos dólares para que las entidades extranjeras y de la economía nacional puedan operar, importar insumos, pagar servicios. Toda noticia que llega de Cuba que habla de escasez de cualquier producto es provocado por esta situación. Estamos ante una parálisis productiva por falta de liquidez. Otro efecto  negativo es que al desaparecer el dólar de la circulación interna, las tiendas y servicios que recaudaban esta moneda pierden incentivo y desaparece la competencia entre las cadenas de tiendas, y por ello se consume menos. Tanto CIMEX como CUBALSE venden en pesos convertibles pero compran en dólares que han de pedir al estado.

Deuda frena nuevos Créditos: La deuda agobia a Cuba desde 1986 cuando sus acreedores se reunieron en el Club de Paris para aumentar la presión para cobrar. En 2007 la deuda acompaña al ejecutivo todo el año. El mejoramiento de las relaciones de Cuba con los países de América Latina reabre el asunto de la renegociación de la deuda. Entre otros existe reclamación de deuda desde México, Argentina, Canada, Trinidad y Tobago, Panamá. En 2007 Cuba se ve obligada a realizar pagos de las deudas más viejas con España, Japón, Alemania y México. A final del año muchos de los antiguos acreedores volvieron a dar créditos menores y en la modalidad a corto plazo. La deuda cubana lastra la entrada a Cuba de nuevas inversiones y  de proveedores. Es el caso de Argentina y México. En países como Canadá,  España, Italia, Japón y Alemania  gran parte de la deuda de Cuba la han asumido las Agencias Estatales de fomento de las exportaciones. La negativa de Cuba a liberar los presos políticos e introducir en el país más libertades ha frenado el crédito estatal hacia Cuba y ha dejado a cero las ayudas de los fondos de Cooperación. Para obtener más crédito en 2009, el país tendría que hacer pagos de más de 500 Millones de dólares por obligaciones anteriores. El acceso a crédito se intenta hora desde países que tradicionalmente no han tenido relaciones con Cuba pero la situación mundial de falta de liquidez y de otorgamiento de crédito reducen mucho las posibilidades reales de obtención de nuevos créditos y en las cantidades que Castro necesita. 

Inversión Extranjera paralizada: Desde 2003 la inversión extranjera se encuentra en franco retroceso. Es un cambio de política de Cuba. En especial Fidel Castro la identifica con la creciente corrupción y las desigualdades sociales que se extreman. La nueva cruzada de Fidel Castro contra el capital abarca la aprobación muy limitada de nuevas inversiones y la retirada o no renovación de muchas licencias de explotación de empresas ya establecidas en el país. De esta forma más del 60% de las empresas mixtas han abandonado Cuba en apenas 4 años. La nueva política de inversiones desalienta a muchas empresas extranjeras y en otros casos no se aceptan las propuestas. Como resultado de ello la entrada de divisas frescas ha caído en picado desde hace tres años de forma evidente. En términos reales Cuba deja de disponer de entre 500 y 1000 Millones de dólares en cuentas de los bancos. Al margen de las producciones que no se harán y su efecto en el entorno económico, la bajada de la inversión extranjera ayuda a que el país este sin liquidez. Casos como el de Pebercal, la petrolera canadiense hace evidente el fenómeno. Esta empresa hace prospección de petróleo en el mar, pero extrae petróleo también. En 2008 fueron más de 8 millones de barriles. Pebercal entrega este petróleo a CUPET, este lo comercializa pero no le paga a Perbecal. La empresa reclama sus pagos, así por más de un año. Al final exige y se le retira la licencia. La experiencia de Pebercal ha frenado las prospecciones de REPSOL y de PETROBRAS y genera dudas a muchas otras. 
 
Si ampliamos el análisis un poco hacia el futuro y los americanos levantaran mañana el embargo, la situación para el Gobierno de Cuba no cambiaría, ese régimen ha entrado en metástasis, y se está comiendo a sí mismo. Ha creado un modelo de economía dividido en mil pedazos, y en gran parte opaco al  gobierno que se le hace imposible saber por donde se le escurre el dinero. Tiene una economía paralizada por falta de suministros porque no dejan a los empresarios operar con su propio dinero, es un círculo vicioso. Así irán apareciendo los déficits de productos como los de jabonería y perfumería y otros que se fabrican en Cuba con la cooperación del capital extranjero y que muchos son los suministros a las tiendas en divisas", que hace mucho tiempo que dejó de ser convertible. Muchas instituciones americanas están claras de esta situación, y aunque los Estados agrícolas de los Estados Unidos están locos  por venderle a Cuba, las instituciones de fomento de exportaciones  e importación que funcionan como banco de crédito saben que Cuba es un deudor empedernido y tiene una cola de acreedores sin esperanzas de cobro que le da la vuelta al mundo. La petición de levantamiento de todas las restricciones económicas a Cuba por parte de un grupo influyente de senadores, incluye la participación del Banco Export-Import americano para dar garantías a las empresas pequeñas y medianas y poder evaluar cada solicitud de compra o inversión.