Una pirámide en el Caribe

Nelson Núñez Dorta

QUERÉTARO, México, julio, (www.cubanet.org) -Me alegra mucho que Fidel Castro, aunque sea en tono irónico pidiese el Premio Nobel para Hillary Clinton.  Me recordó cuando siendo jefe de Estado y Gobierno manipuló la orden “José Martí”, entregándola indiscriminadamente a diversas personalidades entre las que se cuentan todos los dictadores vitalicios del otrora bloque socialista. El morirá sin el valorado Premio Nobel pues ha demostrado ser enemigo de la paz, su predica ha sido “conseguir una paz impuesta por la represión, la  guerra y el armamentismo”.

Por eso hoy se irrita tanto con quienes intentan una solución pacifica, para la crisis en Honduras, el seguramente hubiese enviado tropas a intervenir en defensa del depuesto presidente, sin importarle las vidas de sus conciudadanos, así lo ha hecho siempre enarbolando la bandera  del combate a muerte contra  el imperialismo mundial.

Castro no es amigo de las democracias, ni siquiera de izquierda, el es partidario del poder absoluto y total, ama y admira a las dictaduras, por eso da su consejo sabio y su  apoyo a todo aquel que intenta apropiarse del poder definitivamente.

Ahora critica y descalifica al presidente Oscar Arias, se siente con todo el derecho al irrespeto de cualquier figura  que no comparta su posición, esa educación es la que ha trasmitido a su vulgar pupilo Hugo Chávez.

Refiere Castro que observaba las imágenes de Oscar Arias “cuidadosamente”, quizás con esa innata e infalible capacidad de “adivinar en el rostro humano cualquier intención mentirosa”. Me pregunto que pensará el anciano dictador cuando se mira ante un espejo.

Refiriéndose según creo entender, a la presentación ante la TV de la propuesta del presidente Arias,  entre otras cosas, señala que muy pocos hondureños podían ver las imágenes, aunque muchos en el resto mundo lo vieron. Debió especificar que en Cuba tampoco mas de once millones de cubanos tuvieron libre acceso a las imágenes que el resto del mundo pudo ver, como tampoco pueden ver en las páginas de Internet las imágenes de las lesiones  sufridas por un opositor pacífico, el Dr. Darsi Ferrer violentamente golpeado por agentes castrofascistas, pues hace muchos años el pueblo cubano no disfruta de libre acceso a la información.

A este anciano “sabio”  se le desborda aun la autosuficiencia y también la maldad cuando escribe:

“Quizás yo sea uno de los pocos en el mundo que comprenda que había una autosugestión, más que una intención deliberada en las palabras del Nobel de la Paz”
Tiene Castro toda la razón, pues yo creo que ni el mismo José Manuel Zelaya lo ha entendido. Este hacendado-presidente  ha seguido consejos de personajes nefastos para las verdaderas libertades y la   democracia que dice defender, por eso hoy anda pidiendo que se le restituya incondicionalmente en el poder, sin darse cuenta que el poder ya lo perdió y que debe aceptar condiciones, pues el fue quien no atendió al dialogo y quiso imponer un criterio, mas externo que propio, a su nación.

Quizás pensó el depuesto presidente hondureño que tendría total apoyo del pueblo, que militares y policías le responderían favorablemente, algo que en honor a la verdad no ha sucedido, sus intentos mediáticos de regreso a su nación han resultado casi ridículos, hasta sus seguidores se han indignado con su actitud.  Creo que ahora debe pensar más detenidamente en otra solución y en otros consejeros pues los actuales al parecer pretenden convertirlo en el primer mártir del “socialismo del siglo XXI”, con trasmisión televisiva en vivo y en directo a cargo de Tele sur. Por cierto, lo escuche descalificar a sus amigos cuando negó la participación o complicidad del gobierno norteamericano en la crisis.

Mientras tanto, en Honduras comienza la campaña para las elecciones en las que también participa el candidato del partido del depuesto presidente, pero con la inmediata  advertencia de los países del Mercosur que no las reconocerán si se realizan bajo el gobierno de facto, una declaración como la lograda anteriormente en la OEA, que   nada aporta al dialogo y la solución pacifica.

Los nuevos mesías del hemisferio, incapaces de conciliar sus proyectos sociales con el ejercicio democrático, entienden que para lograr sus objetivos deben concentrar el poder en una sola persona y así aspiran a gobernar por  tiempo indefinido. Las izquierdas, quizás carentes de capacidad o siguiendo una tradición, aceptan pasivamente esta antigua fórmula de cercenar las libertades en nombre de una dictadura de clase, que invariablemente se convierte en dictadura de un hombre sobre toda la sociedad.

Fidel Castro continúa siendo hoy  el principal instigador y ejemplo para estos  personajes, mientras tanto su hermano Raúl se pasea por las pirámides de Egipto, quizás soñando con  el modelo de tumba donde un día depositará los restos del faraón del Caribe.