A pie de obra

Jorge Olivera Castillo, Sindical Press

LA HABANA, Cuba, julio (www.cubanet.org) - No está mal construirle otro peldaño a la escalera. Haría falta un suministro continuado de materias primas. De lo contrario la ascensión se quedaría en el intento. 

Barack Obama deja ver otra vez su disposición a poner los materiales en función de llegar a la cima. Ya se reanudaron las conversaciones sobre temas migratorios. Se trata de un nuevo escalón que terminaría en el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos.

Alcanzar esas alturas no es coser y cantar. El terreno es escabroso y la altura considerable. El avance de la obra en construcción depende de múltiples factores; entre ellos, la voluntad de ambas partes en juntar esfuerzos en igualdad de condiciones para conseguir un fin que debería sobrepasar el mero interés político y tocar a los pueblos.

De la parte cubana hay tibias señales de acciones encaminadas a armar el diálogo y la negociación. En la superficie no se nota vocación alguna por facilitar un escenario que propicie el acercamiento. Es posible que en el Buró Político existan otros  perfiles, pero sus portavoces prefieren callar y someterse a los dueños del látigo y el garrote.

Tal arquitectura requiere de un cambio donde el tono se establezca a partir del respeto. La manía de crear remolinos y centellas no responde a una actitud responsable. Es hora de que las autoridades de la Isla activen el interruptor de la concordia y la sensatez. Poner más sombras sobre el destino del país es continuar apostando por el error.

Los remanentes de la guerra fría que aún subsisten hay que verlos como sobras que van camino al basurero. Los tiempos demandan poner los ojos y el pensamiento en fórmulas que remonten la confrontación y el odio.

El gobierno cubano debe emprender sin dilaciones lo que le insinúa la historia. De continuar resistiéndose terminará sepultado en el descrédito. 

Por más salvavidas que le lancen, el régimen se las arregla para seguir en el chapoteo triunfal, además de ofrecer una lección práctica de cómo se sobrevive en un fanguero. Esos  son los “heroísmos” que retardan las soluciones y tuercen, más de lo que ya está, el camino hacia el futuro.

Hablar de temas migratorios no es una bagatela cuando se trata de dos interlocutores habituados a mirarse con el ceño fruncido y los puños en posición de combate.

Obama espera que Raúl se ponga a pie de obra, pues son muchos los escalones que hay que subir para llegar a la cumbre. El General debe arremangarse la camisa del uniforme y emplearse a fondo.

Entre las sugerencias para empezar la faena podrían señalarse la entrada en vigor de las libertades económicas, la liberación de los presos políticos y de conciencia y el derecho a la libre expresión.

Rezaré para que no aparezca en los sacos, en vez de cemento, dinamita. Al menos esa no parece ser la pretensión de Obama, y es oportuno reconocer que él ha puesto los primeros peldaños de la escalera. Otros pueden estar pensando en su prematura demolición.